Everything old is new again

Avengers 2010-2012: un enfoque ‘back-to-basics’.

Entre 2004 y 2013, la editorial Marvel Comics dio un salto de fe y le encomendó al autor independiente Brian Michael Bendis el revitalizar a una franquicia venida a menos. Bajo su pluma, el comic de Avengers cruzó un periplo de gran riesgo y controversia, con historias repletas de momentos tanto memorables, emocionantes e infames, que catapultaron tanto al autor, el propio comic y a la publicadora a un cénit narrativo y de ventas sin precedentes, creando relatos definitivos para toda una generación de lectores. La siguiente es una amplia retrospectiva a uno de mejores comics comerciales dentro del siglo XXI.

No me quedó duda de que habían llegado tiempos de cambio muy claros en el comic comercial, una vez que Disney compró a Marvel Comics y las películas de superhéroes se convirtieron en el nuevo status quo del entretenimiento. Cuando una publicadora como Marvel, con más de 3000 personajes y propiedad intelectual numerosa, se vio obligada a ser un generador de ideas y de narrativas que alimentaran a la máquina hollywoodense de manera constante, llegó un momento en donde se lanzó cualquier cosa a la pared esperando a que se quedase pegada a ella. Fue un proceso continuo de comics, series limitadas, eventos y ediciones especiales que una y otra vez saturaron a un mercado el cual no estaba preparado—o que quizás nunca lo estuvo—para leerlo todo y comprarlo todo. Colores y sabores distintos colmaban a los stands: voces autorales y esfuerzos artísticos diferentes cuyos grados de éxito fueron claramente cuestionables. La editorial reaccionó ante la llegada de una nueva audiencia, pero sin conocer claramente sus necesidades, gustos y expectativas, lo que desembocó en un mercado atiborrado de productos que nadie quería y con un detrimento en la calidad de los mismos, magnificándose de 2012 hasta la fecha, siendo su mayor consecuencia el cierre paulatino de tiendas cuyo inventario de comics se volvió casi imposible de mover.

Chad Nevett, un analista de la industria del comic de gran estima y activo hasta 2013, predijo este punto de quiebre:

“We went through a long period of rather good superhero books going all the way back to 1999 or so with the altered Wildstorm line of books and then right on through to Quesada/Jemas at Marvel and… well, the ride had to end at some point, right? Or maybe it’s just a lull. A six months to a year where we all just take a breather before things pick up again.

In the past year, Marvel switched their focus to a lot of mini-series (specially the Dark Reign variety) and only one or two of them have been anything more than decent; DC continues to flounder as books come out to sounds of silence as no one cares. I’m kind of curious to see what happens after both of their events are over. That could be the turning point…”
—“The Decline of Quality in 2009”, 6 de diciembre de 2009.

Tras una década de decisiones correctas para una compañía e industria venida a menos, y que se logró recuperar económicamente gracias a ellas, los ciclos nocivos de los 90s estaban de regreso. Las conclusiones de Chad Nevett coincidían con las del laureado autor multimedia Warren Ellis una década atrás (!!):

“I think what bugs me the most is that I’m really not saying anything new. I’m really not. I’m using my position as a writer of some notoriety (relative to the business we’re in) to re-state fairly basic concepts and views that have not yet been attended to, despite their presence in the cultural discussion of comics for some 20 odd years.

Tell me—as you do, online, in letters, in person—how you don’t actually like most of the superhero comics you buy, but you always buy them through completism or inertia or some misguided belief that they’ll get good once the next slave is hired on to write or draw them.

A huge chunk of the creative and financial energy of the business is devoted to providing more of the one genre that’s gotten a hook into an audience. And ninety percent of it is horseshit. At least.”
— Come In Alone, Issue #3; Comicbookresources.com, Diciembre 17, 1999.

90% de comics muy malos en 20-30 años. Una verdad que nadie quería admitir. Y la historia empezaba a repetirse a sí misma, sobre todo después del año 2012. Presupuestos altísimos justificados con un sinnúmero de títulos creados por un cúmulo de editores, guionistas, ilustradores, coloristas y diseñadores gráficos, con la esperanza de que un garbanzo de a libra pueda sostenerse a largo plazo y sea explotado en otros ámbitos.

La naturaleza episódica del entretenimiento alternativo había llegado al Noveno Arte para quedarse, y comics como Avengers eran un producto al alcance de todos, y por tanto las fórmulas narrativas se tenían que refrescar. El cuarto volumen de este título—si tomamos en cuenta la tirada original de 1963 a 1996, una serie limitada en el ’96-97 y la mítica etapa con Kurt Busiek entre 1998 y 2003—debutó en los stands en el mes de mayo de 2010 con un total de 34 tomos publicados, un Anuario y dos ediciones especiales (12.1 y 24.1). En términos generales, el comic presentó una historia nueva cada 6 tomos, con un amplio reparto de personajes a los cuales se les dio juego en mayor o menor medida, y trajo a la mesa tanto a villanos clásicos dentro de la franquicia como también a otros usados por Bendis en anteriores ocasiones, pero bajo parámetros narrativos distintos. De igual forma, el autor cierra cabos sueltos en los instantes finales, culminando en noviembre de 2012 un acervo con más de 200 tomos publicados en diferentes etapas:

“I don’t think I’ll ever be at the same table as Roger Stern, Roy Thomas, Kurt Busiek, or really any of the guys who brought so much magic to the book, but I love the Avengers so much. I was so scared to take the book. Then, when I got it, I was scared to leave it. It was just a big honor and a privilege to have written these books. That’s what I’ll think every time I’ll think of it.”

Pero seguía faltando algo, y era nada menos que el sentido de novedad. A título personal, hubiese preferido que Bendis dejase a este título en 2010. No en balde, el desenlace de comics como New Avengers Finale (con todos sus protagonistas disfrutando de un paseo tranquilos y felices por Central Park en Nueva York), me parecía un momento no solamente adecuado sino fantástico para irse por la puerta grande. Se habían purgado las penas de años con increíbles historias y caracterizaciones excepcionales, con un idioma muy cándido y divertido, e incluyendo guiños a las narrativas a largo plazo de los comics de antaño—de esos que quizás jamás volvamos a ver—pero exentos de todos sus vicios.

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EVERYTHING IS DIFFERENT, BUT THE SAME

La tónica narrativa de Avengers vol. 4 combinó el humor con situaciones de crisis al unísono. Las conversaciones entre el reparto continuaron, pero con una cadencia acelerada; una y otra vez se mezclaron diálogos que invitaron al lector a sentarse en ringside para ser testigo de momentos de ansiedad, estupor y sentido de asombro, a medida que este grupo de Vengadores—ahora más numeroso que nunca—recibió sin descanso los embates de múltiples supervillanos.

Como guiño a los hardcore fans y como introducción a los nuevos lectores, en los primeros 12 tomos de la serie se incluyó un segmento bastante ambicioso, “The Oral History of the Avengers”, una serie de entrevistas “in-universe” a manera de exposé entre los personajes del comic, quienes a medida que relataban sus experiencias personales dentro de los Vengadores se hizo un paseo por memory lane de sus publicaciones. En palabras del autor, fue inspirado por historias orales tales como “Live From New York: An Uncensored History of Saturday Night Live,” “Please Kill Me: The Uncensored Oral History of Punk” y “The Simpsons: An Uncensored, Unauthorized History.”

“I’ve been trying to get that project going forever. I pitched that like in 2005, so I’m glad I finally found a way to weasel it in […] They were taking up an awful lot of time… I’ve done enough that certainly some of the most important aspects of The Avengers were analyzed from every conceivable level. […] There was a lot of cool stuff that we could repurpose and make an illustrated oral history. So eight by eight pages I finally got the book together.”

A decir de Bendis, él quería escribirlo como una novela, pero Marvel estaba interesada en el material para ser incluido como suplemento a las ediciones impresas. Acompañado por ilustraciones variadas—pin-ups, portadas y arte en interiores—esta historia oral mostró un lado amable y entretenido para la franquicia.

Desde un aspecto estrictamente de negocios, era claro que Marvel intentó recuperar a la vieja guardia y hacerse de su poder adquisitivo, y la mejor manera de lograrlo era contar historias que se asemejaran a lo clásico, a su zona de confort. Podíamos sentir a la voz autoral de Bendis en el texto, pero ahora el subtexto era lo que importaba; un feeling de dejar atrás a los momentos de conspiración propios de New Avengers para hacer una regresión que los enganchase de nuevo.

El caso de los tomos “.1” (Punto Uno) fue una cosa bastante curiosa y que no llegó a ningún lado. Dado que las historias volvían en cierta manera a presentar a múltiples personajes con cierto bagaje, se instó a los detallistas a “instruir” a las nuevas generaciones a través de estos tomos introductorios, con historias en cierto momento autocontenidas y en otras ocasiones como un punto de entrada a las historias que se venían contando en las series de tiraje mensual. De cierto modo, se quería “convertir” al aficionado neófito en un nuevo “Marvelita” o “True Believer” como en la década de los 70s, 80s y 90s. Una táctica que terminó siendo infructuosa debido a que esta “nueva audiencia” nunca se interesó en algo más que lo que pasaba en las películas. Se creó claramente una situación de perder-perder: ni los fans de hueso colorado deseaban ver que sus amados comics se convirtieran en copia de las películas de superhéroes, ni la gente de a pie entendía por qué había que leer historias con personajes que no se parecían en nada a lo que estaban viendo en la pantalla grande. Se trató de un punto medio que se intentó arreglar de manera cosmética (en el aspecto visual de los personajes) y a través del “decompressed storytelling” para hacer historias de corta duración. Lo cierto es que los comics mainstream seguirían siendo un producto de nicho en el mediano y largo plazo, a veces hasta impenetrable con tal de no perder a su verdadero público, los fanboys.

Este comic representó para Bendis la oportunidad de experimentar con historias de corte tradicional y al lado de un amplio roster de artistas. En un inicio, John Romita Jr., Klaus Janson y Dean White fueron los encargados de dibujar a estos settings repletos de familiaridad. Junto a ellos estuvieron posteriormente Tom Palmer, Bryan Hitch, Paul Neary, Paul Mounts, Chris Bachalo, Tim Townsend, Jaime Mendoza, Al Vey, Wayne Faucher, Victor Olazaba, Mark Irwin, Daniel Acuña, Jose Magalhaes, Jason Keith, Renato Guedes, Brandon Peterson, Sonia Oback, Walter Simonson, Scott Hanna, Mike Mayhew, Terry Dodson y Rachel Dodson. Entre todos ellos plasmaron sobre la página escenarios con tintes épicos, urbanos, futuristas, apocalípticos, cósmicos y fantásticos. De igual forma, la editorial emparejó a este título con un nuevo volumen de NEW AVENGERS, haciendo su lectura más que obligada y en un curso de colisión asegurado:

“The Avengers is an appointment—or a call to arms, if that makes sense. It’s Steve Rogers making a call. […] There’s going to be drama, hijinks and romance. I’m going to bring the funny every chance I can get.”

En el caso de New Avengers vol. 2 le correspondió un tiraje de 34 tomos, un Anuario, una edición especial (16.1) y los suplementos de Oral History. El comic fue publicándose concurrentemente con su título hermano. Bendis le imprimió a cada serie un estilo distinto para no hacerlas redundantes, con voces y personalidades bien definidas:

“The New Avengers is kind of the gathering of friends and family. […] It’s more of a flexible thing, where they show up and eat each other out of house and home. I think it’s going to be the book that waffles back and forth between the utterly horrific apocalyptic event-style stories, and then the next story will be something that’s hopefully funny as hell. New Avengers has almost been a conspiracy thriller as a superhero story. So what this book will turn into, now that they can walk around in the open, is a superhero book starring these characters who have struggled so hard to be superheroes.”

Acompañó al escritor el extraordinario talento de Stuart Immonen, Wade von Grawbadger, Laura Martin, Matt Milla, Rain Beredo, Mike Deodato Jr., Howard Chaykin, Rain Beredo, Edgar Delgado, Neal Adams, Tom Palmer, Paul Mounts, Will Conrad, Michael Gaydos, Carlos Pacheco, Roger Martinez, Cam Smith, Scott Hanna y Michael Avon Oeming. Toda esta versatilidad artística le dio la posibilidad al público de disfrutar relatos de acción estilizada y con comedia de situación con un sin fin de recursos estilísticos, que van desde lo minimalista e híper detallado hasta lo sombrío, disparatado, solemne, caricaturesco, fotorrealista y entre muchos otros.

En ambos comics tuvimos a un número considerable de protagonistas. Desde veteranos como Captain America (Steve Rogers), Iron Man, Thor, Hawkeye, Mockingbird, Ms. Marvel y Vision hasta nuevos miembros como Wolverine, Spider-Man, Dr. Strange, Spider-Woman, Daredevil, Iron Fist, Luke Cage, Jessica Jones, Bucky Barnes, Protector (Noh-Varr) y Red Hulk (Thaddeus Ross). Participaciones especiales como las de Maria Hill, Victoria Hand, Storm, The Thing, Quake (Daisy Johnson) y Squirrel Girl le dieron forma, fondo, color, sabor y posibilidades interesantes y divertidas a estos relatos. Con el fin de lograr un balance en las caracterizaciones, el autor proveyó de pequeñas “misiones” a varios sets de personajes en sus arcos argumentales, con el fin de evitar que se quedaran estáticos y sin contribuir en la trama.

En la hemeroteca de la época, el entusiasmo de Brian Bendis fue notorio al momento de promocionar a sus historias, llegando incluso al manejo exagerado de la hipérbole. En dicho tenor, la editorial también le hizo segunda al agendar sus conferencias de prensa con los medios especializados bajo el título de “The Next Big Thing”, un calificativo bastante pretencioso y el cual fue explotado hasta el hartazgo cada seis meses. En cierta manera, veíamos a los Vengadores siendo en la mayoría de las veces como peones de un argumento escrito a conveniencia, el cual visualmente siempre fue muy atractivo dado el calibre de los ilustradores a cargo, pero en detrimento de esos momentos cándidos a los que New Avengers nos había acostumbrado. A lo largo de los siguientes párrafos haremos énfasis en dichas inconsistencias.

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UNITED AGAINST A COMMON THREAT

“And what the Avengers are facing, and I’ve got their adventures laid out for a couple of years, is a multitude of very bold, very dark, and very scary individuals who are looking to put real hurt on what’s happening here […] Hopefully you’ll be rooting for the heroes, because what they’re trying to protect is the life we’d all like to live.”
— Bendis.

El autor se dio cierta libertad al emparejar a sus personajes en ambos títulos. Todos formaban parte de un mismo grupo a pesar de que Luke Cage se empecinaba a una ideología de “izquierdas” y no quería pertenecer a una nómina y al escrutinio gubernamental:

“We’ll have a team here. You’ll have a team there. You do what you do. We’ll do what we do… and knowing the way the world works we’ll probably team-up when we have to.”

Detalles como estos fueron bienvenidos, claro está, pero también se empezaba a telegrafiar uno de los defectos más notables dentro de esta nueva etapa narrativa: Bendis merodeaba alrededor de un punto, pero no hacía énfasis en él, o se le dedicaba un tiempo minúsculo para luego descartarlo por completo. De igual forma la pirotecnia y el estruendo formaron parte notable de estos arcos argumentales, con desplantes de destrucción masiva una y otra vez sobre la ciudad de Nueva York, dejando por sentado que los tiempos de autocensura del 9/11 se habían dejado atrás.

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THE DECONSTRUCTION OF TIME

“I’ve been sitting on a notebook of Kang ideas for quite a while. Tom and Joe said, ‘Do you want to do Kang?’ and when I said yes, they said I should open the series with him. […] So now we have Kang pulling a stunt unlike he’s ever pulled before, doing damage unlike any he’s done before—when it’s most inconvenient. But I tell you, for fans of all things Marvel, all the different looks at Marvel’s future, there’s going to be a lot of fun stuff. We have guests from so many different timelines of the Marvel Universe. For those looking to see how esoteric we’ll be getting, you will be seeing the Next Avengers, from the Marvel animated DVD movie, in this comic book for the first time ever.”

La historia comprendida entre Avengers #1-6 enfrentó a los protagonistas contra uno de sus villanos emblemáticos, Kang el Conquistador, el déspota y viajero del tiempo quien les advierte que en el futuro sus descendientes habrán puesto de cabeza al mundo, y que necesitarán de un correctivo ejemplar. Como moneda de cambio, Kang amenaza con hacer estallar una bomba de aniquilación que no será construida sino hasta mucho tiempo después y por el propio Iron Man. Bendis introduce a los lectores al joven guerrero y tecnólogo extraterrestre Noh-Varr, quien les proporciona los medios para moverse a través del espacio-tiempo. Acto seguido, se nos pone en alerta de que “el tiempo está roto” y múltiples amenazas de futuros alternativos comienzan a aparecer y desaparecer, poniendo de cabeza a la época actual.

Este aspecto se vuelve parte fundamental en el último año de Bendis en la franquicia, pero de igual forma solo fue un aderezo a un argumento que no se metió en problemas. Si lo analizamos fríamente, poco a poco el autor se iba deshaciendo de vicios propios del fanboy comiquero y los curadores del acervo literario de la Marvel. Las reglas autoimpuestas para los viajes en el tiempo finalizaban aquí y todo se valía; a la porra con las paradojas y las realidades alternas. Si Bendis iba a emplear a las fuerzas narrativas de John Romita para poner a los Vengadores en contra de los Cuatro Jinetes de Apocalypse, Killraven y los Invasores de Marte, Dinosaurios rampantes sobre Nueva York y Galactus El Devorador de Mundos, que así sea.

Bendis telegrafía en Avengers #5 no solo su plan editorial, sino el de todo Marvel durante The Heroic Age, con un splash page en donde se muestra un amplio diagrama de historias próximas a publicarse:

What did Cap see? Nine Worlds in Disarray. What is where Asgard should be? Three! Heroic Age Begins. Hope Returns!? Throwbacks! Chaos! Man Without Fear. Nova Antiquus. Master of Kung Fu. Five Lights, Night Falls? Academy Traitor! Return of the King. The Drumm of Revenge. Iron Lad (Re)Turns? Stark Resilient. All Hope Lies in Doom! Galactus Seed. Where’s Wanda? Schizm! What’s in the rings?!?! Yesterday’s X-Men. Steve’s Vision! Fear Without Man. Who is Worthy? Scorched Earth? Ultron War.

Poco a poco, veíamos como el título se volvía un spotlight para ilustradores con un caché e historia editorial de peso en la industria. La única regla es que no las hay, y con ello dieron rienda suelta a todo su talento e imaginación para concebir escenarios de acción sublimes y con gran claridad en el storytelling.

Se revela que un viejo Kang fue el causante de romper el tiempo, al intentar arrebatarle el mundo al villano cibernético Ultron, una y otra vez y sin éxito alguno, orillándolo a una alianza con los Avengers y con otras figuras del futuro tales como Maestro—del comic Hulk: Future Imperfect—un decrépito Iron Man y los “Next Avengers”, un equipo juvenil de Vengadores y herederos de su legado. Los Avengers del presente le hacen ver a Ultron que su derrota no solo salvaría al mundo sino a la realidad entera, por lo que Kang ve en esto una victoria pírrica e indigna para él. Antes de partir, Tony recibe de su contraparte del futuro la bomba de aniquilación. El viejo Kang cobra venganza de sus aliados, siendo ejecutado por los Next Avengers.

Las características principales de este primer arco argumental se replicarían en las entregas siguientes, y una y otra vez las consecuencias de estas historias se limitarían a lo acontecido dentro de ellas.

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THE VISHANTI HAS CAST YOU OUT

“DaImon Hellstrom said, ‘Listen, this dimension is being weakened by all the bullshit you guys are up to. There’s trouble afoot.’ Every time there are major battles, every time the Sorcerer Supreme has to step down or events occur like what happened in Doctor Voodoo’s book, our dimension weakens and it’s ripe for takeover. I was so excited to do this magic story in ‘New Avengers.’ I know magic is like a sales pariah, but I was happy that people stuck in with it.”

New Avengers #1-6 le da la oportunidad a sus protagonistas de abrazar el ideal heroico por primera vez en mucho tiempo, y son catapultados inmediatamente a la acción cuando una y otra vez reciben las embestidas de seres sobrenaturales. De igual manera que en Avengers, Bendis le hace ver a sus lectores que las fronteras entre la Realidad y la Magia se han debilitado, pero sin profundizar en ello. Lo cierto es que cada vez que Marvel emprende la tarea de contextualizar o darles un marco conceptual definido a sus personajes místicos, no llega a ningún lado. Cada vez que se utilizaba un conjuro o encantamiento en las páginas de New Avengers, venía acompañado de un subtítulo muy sugerente, e inspirado sobremanera en los Juegos de Rol de vanguardia.

Magic: The Gathering meets Stan Lee, ‘nuff said!

Acto seguido, el autor hace de Spider-Man el conducto para transmitir los momentos de humor y de realización de que estamos viendo a héroes enfrentando a problemas más allá de sus posibilidades. Tanto él como Wolverine se vuelven personajes utilizados continuamente en ambos títulos, recordándonos que son los Número Uno de la compañía.

El causante de toda esta hecatombe es nada menos que Agamotto, el ser místico que le da poderes al epónimo Ojo que lleva el Hechicero Supremo, título que lleva a cargo ahora el personaje de Doctor Voodoo. Agamotto ha sido desterrado de la trinidad del “Vishanti”, y necesita su Ojo de vuelta para recuperar a su máximo poder, no importando si se lleva de encuentro al planeta entero. Stuart Immonen entrega lo que para mí es su mejor trabajo en Marvel, con vistas espectaculares y apocalípticas; un infierno en la Tierra como pocas veces visto, y amplificado por colores estridentes de Laura Martin.

Finalmente, Voodoo se sacrifica en combate mortal para destruir a Agamotto, cerrando las brechas entre la Magia y el Mundo. Ante esto, su hermano Daniel Drumm jura vengarse de los Avengers, responsabilizándolos de esta tragedia. Este punto sería retomado por Bendis en su última historia dentro del título, aunque cabe señalar que los detalles alrededor de Agamotto, el Vishanti y el mundo mágico hecho trizas no volvería a mencionarse, dejando por sentado que el autor deseaba poner punto final al lastre de la continuidad y convertirla en marcos de referencia para labrar historias finitas y no más allá de lo que estás leyendo.

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UNKNOWN POWER SURGE IDENTIFIED

“We’re going to pick the Red Hulk up in a pretty reader friendly and easy to define place, where he will be the one faced with the Hood’s surprising power quest for the Infinity Gems. We also get to watch the Illuminati go, ‘Oh, well. We fucked this one up pretty good.’ And now we have Black Bolt’s widow Medusa, who did not know there was an Illuminati, getting that call. ‘Is your husband home?’ ‘No.’ ‘Oh…’ So that will be very interesting. Plus I’ll get a chance to unveil the story I’ve been dying to tell, which is the outing of the Illuminati.”

Quizás de las mejores historias dentro de este volumen de Avengers. Este relato incluye un nuevo ascenso al poder del villanísimo The Hood, y un despliegue sensacional de acción de alto octanaje por parte de Romita—siendo el tomo #11 uno de sus mejores trabajos y compuesto únicamente de escenas en un solo panel. Parker Robbins regresa por la revancha, haciéndose poseedor de una Gema del Infinito, provocando que los Illuminati salgan a la luz, revelando sus actividades clandestinas a todo el grupo de Vengadores al mando del Capitán América. Esta es quizás la historia con el mejor balance entre diálogos y escenas de superhero action, destacando aquellas entre Hood y Red Hulk, un personaje creado en 2007 por Jeph Loeb y Ed McGuinness, y cuya identidad fue uno de los secretos mejor guardados en ese lapso.

Para cuando Bendis lo toma, su alter ego ya había sido revelado (Thaddeus Ross, uno de los némesis clásicos de Hulk) y su propósito narrativo ya se había cumplido completamente. De nuevo sale a la palestra la sapiencia de este autor para sacarle un brillo nuevo a ideas desgastadas, y hace de este Hulk Rojo todo un deleite y un miembro de armas tomar, leal a la agenda de Captain America. A pesar de que Bendis no inventa nada nuevo en esta historia—lo dicho, las Gemas del Infinito y los Illuminati fueron conceptos desgastados hasta la saciedad—son los intercambios repletos de reclamo airado y los diálogos ominosos ante la amenaza de las gemas las que nos venden completamente a este reciclaje argumental.

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AVENGERS BEFORE THE AVENGERS

“What Howard Chaykin has done on these pages is really amazing. He told me a year and a half ago he wanted to draw Nick Fury Nazi Hunter in the ‘Mad Men’ era and you can tell.”

New Avengers #7 y 8 ofrecen un interludio muy divertido con Luke Cage y Jessica Jones, quienes buscan a una niñera para su hija Danielle, siendo la elegida nada menos que Squirrel Girl, un personaje de culto dentro del catálogo Marvel y cuya mejor cualidad es salirse con la suya en cualquier batalla que se le presente. De igual manera se resuelve la encrucijada entre Cage y Jones para abrazar el ideal heroico completamente, a la par de su responsabilidad como padres. En el caso de los tomos 9 al 13 se presentan dos relatos en dos épocas distintas, aunque de similar manufactura: mientras los Vengadores del siglo XXI se enfrentan a una renovada facción separatista de HAMMER y dirigida por la súper villana Superia, en 1959 Nick Fury recluta a un grupo especial para asesinar al supremacista Red Skull, quien intenta recrear a la amenaza Nazi. El hilo conductor entre ambas historias es la enigmática “Infinity Formula”, capaz de dar vigor y vida eterna a quien la ingiera.

Uno de los detalles más importantes es el hecho de que se menciona por vez primera el concepto de la “Avengers Initiative”, una idea concebida por el propio Bendis y que formó parte de la escena post-créditos en el film de Iron Man (2008). Se abre de esta manera un abanico de posibilidades interminables para esta casa editora: cualquiera puede ser un Avenger, ya sea héroe, villano, anti-héroe; no importando raza, credo, preferencia sexual, ideología política, etc. Esto se tradujo en un maremágnum de comics y más comics saturando a los stands, aunque ninguno de ellos llegó a un grado de éxito o justificación para existir.

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WHAT DO YOU KNOW OF THE SPACEKNIGHT?

Avengers #12.1 es mi historia favorita entre todas las publicadas en Avengers vol. 4, y amplificada al por mayor por parte de Bryan Hitch, Paul Neary y Paul Mounts; arte fotorrealista y repleto de vistas panorámicas en ambientes citadinos, naturales, tecnológicos y de acción estilizada. Bendis trae a la mesa nuevamente a Abigail Brand, quien formó parte del reparto de apoyo en la serie limitada de Spider-Woman: Agent of S.W.O.R.D. Siendo enviada a investigar un avistamiento OVNI, Jessica Drew es secuestrada por el conglomerado criminal de nombre “Intelligencia” (surgido de las páginas del comic de Hulk). Los Avengers localizan su paradero y emprenden una misión de rescate.

El punto crucial de la historia, la cual combina un efectivo humor con situaciones de gran peligro, es cuando el OVNI resulta ser un “Spaceknight”, un soldado cibernético que formó parte de una de las series de culto definitivas del Marvel ochentero, ROM. El giro de tuerca provisto por Bendis fue uno muy ingenioso: la carcasa del Spaceknight es asimilada por la inteligencia artificial de Ultron, usándola para viajar del espacio exterior hacia la Tierra—tras los eventos de la miniserie Annihilation: Conquest. Escapando del ataque de los Vengadores, el regreso de este androide es un mal augurio, y más aún cuando en Avengers #1-6 fuimos testigos de su posible triunfo sobre la raza humana en un futuro alternativo. Es así como Bendis introduce una próxima narrativa dentro de su comic: la siempre controversial “Age of Ultron”, un magno crossover el cual sería publicado en el año 2013.

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THE GODS OF FEAR

“Both ‘New Avengers’ and ‘Avengers’ will have serious tie-ins to ‘Fear Itself,’ but the more dramatic tie-in will be in ‘Avengers’ just because that’s where Thor and Captain America and some of the bigger players in the story align. Both books will have a roster change and come out of it different than they were, which I think is definitely using the event in the best way possible. […] I was also able to do something I’d wanted to do for a while: weave the oral history interviews into the fabric of the series. Those text pieces allow the Avengers to express themselves in ways they wouldn’t normally get to. That kind of thing can only work in certain places and at certain times, and doing this side-by-side with ‘Fear Itself’ is great. I’m really happy how it’s turned out.”

Una vez que los suplementos de The Oral History of the Avengers son cancelados por la editorial, el autor emprende la tarea de incorporarlos a su historia. Fue en estos comics y tie-ins con el crossover de Fear Itself—miniserie de 7 tomos escrita por Matt Fraction en el año 2011—que se les ofrece una vida nueva, siendo una serie de segmentos que proveen un contexto de tintes sentimentales a esta historia. A medida que van siendo entrevistados, los Vengadores reflexionan sobre las tragedias vividas durante Fear Itself y cómo han fortalecido su carácter y convicciones como héroes a toda ley. Cabe señalar que esta historia se publica en vísperas del décimo aniversario del ataque a las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York, y este crossover contó con la obligatoria imagen de la Torre Avenger siendo demolida por el enemigo—en este caso la terrorista Nazi de nombre Sin (hija de la Calavera Roja), su ejército de soldados y un puñado de semidioses nórdicos. Tanto Romita, Chris Bachalo (Avengers #13-17) como Mike Deodato (New Avengers #14-16) ofrecen en sus trazos destrucción al por mayor a medida que los Vengadores se abren paso en territorio hostil.

El superhero comic había perdido el freno de mano autoimpuesto tras el 9/11 y la violencia gratuita se hacía sentir en gran manera. Es en esta historia donde Hawkeye y Spider-Woman se declaran amor mutuo, un detalle que a final de cuentas dio paso a secuencias de humor muy sutiles:

“Hawkeye and Spider-Woman both come from sordid pasts they’re trying to forget about. They’re both right next to each other in the middle of the nightmare that is being an Avenger. Everything’s heightened, and them pairing up made sense. It’s been a lot of fun to write.”

Es preciso señalar que esta relación sería descartada por completo y a la vuelta de unos cuantos años cuando Marvel decide relanzar a toda su línea de comics a partir de 2015, con una narrativa en donde la Mujer Araña es presentada como una madre soltera de un bebé concebido in-vitro.

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THE REVENGERS

“For those who wanted to know how I was going to ruin Simon Williams further, here’s your answer. Simon made it very clear to the Avengers that from his outside looking in perspective, he now sees the Avengers as a mistake. He holds them responsible for quite a few sins against mankind and he’s pretty much told them, ‘Shut it down or I’ll shut it down for you.’ […] To help him, he’s created a team of Revengers that is composed of ex-Avengers and people with ties to the team. […] I don’t see him so much as a villain so much as, ‘I’m a person who have made some mistakes, and the Avengers is one of them.’ There is a very interesting road ahead for Simon. I promise, I’m not trying to ruin the character.”

Ilustrada por Gabriele Dell’Otto e Ive Svorcina, la historia contada en New Avengers Annual (septiembre 2011) y Avengers Annual (enero 2012) es la que más se aproxima al estilo que Bendis nos había acostumbrado años atrás, rediseñando a personajes clásicos con un oomph y un edge que los hacían más interesantes, y desempolvando a otros para darles juego o volverlos más mortíferos que nunca, así como también colocar a sus protagonistas entre la espada y la pared, sacudiendo el avispero para provocar la controversia y llamar la atención del lector, ofreciendo acción, drama y consecuencias de peso.

Wonder Man se había presentado en tomos previos de Avengers vol. 4 como un individuo completamente arrepentido de pertenecer a los Vengadores. Viendo que las acciones del equipo han puesto en peligro una y otra vez a gente inocente y manteniendo un status quo que no deja crecer a la raza humana, era preciso ponerles un hasta aquí y de la manera más enérgica posible. Al lado de personajes de nivel C, D o Z—D-Man, Atlas, Anti-Venom. Goliath, Devil-Slayer, Century y Captain Ultra—se disponen a demoler a la Mansión Avenger y a darles una tunda a Luke Cage y cía. Habiendo logrado su cometido, su siguiente objetivo es hacer caer a la Torre Avenger, cuartel general de Captain America.

Sin embargo, sus planes no salen como él quiere, y es derrotado junto a su equipo—denominado “Revengers” por el autor. Siendo cuestionados por las autoridades, ellos están convencidos de haber hecho lo correcto, en un afán por ser quienes le hayan mostrado al mundo que la presencia de los Avengers, sin una debida sanción de la ciudadanía y la autoridad en turno, los convierte en una amenaza. Simon es interrogado por su mejor amigo, el Vengador Beast, quien está seguro de que no está en sus cabales. Simon le asegura que sí, pero deja en el aire la cuestión de si su arranque violento no es más que una consecuencia más de los poderes desbocados de la “Bruja Escarlata”, Wanda Maximoff. Simon cree que él es solo la manifestación física de los arrebatos de una mujer víctima de un colapso nervioso. De cualquier forma, el daño está hecho: los medios de comunicación mundiales ponen en entredicho a la agenda de estos bienhechores, siendo esto un detalle que sería explorado—aunque sin éxito—en futuras entregas de ambos títulos.

La manera en la que Bendis pone en entredicho el legado de los Vengadores no tiene parangón. Su guión es preciso y demoledor. “A smokescreen of self-created mythology” es una bofetada durísima y que hace eco en esta era donde el comic comercial está bajo el escrutinio de la crítica online, que aboga por una distribución equitativa del mercado y la valía del comic independiente. Un género literario como lo es el superhero comic mantiene atrofiada a esta industria. “It was a war without meaning” es también un intercambio elocuente y que desnuda a esta época moderna del comic plagado de eventos y crossovers que se reciclan y saturan cada seis meses a los stands.

El toque maestro dentro de estos annuals es el hecho de que Simon Williams sea un residuo de la locura que envolvió a la Bruja Escarlata, y el hecho de que se haya desvanecido una vez cumplidas sus amenazas le da un giro macabro a esta lectura. El autor ofrece una reflexión que justifica este approach, basándose en eventos anteriormente publicados en esta franquicia:

“Go back to Kurt Busiek’s issues of Avengers, when Wanda just barfs Simon out of nowhere, because, pretty much, she wanted him to exist. He’s still alive and thinking and walking around, but he could just be an aspect of Wanda that’s broken free—or allowed to roam free on its own. […] In my mind, Simon was hanging in the back thinking, “Oh maaaan… what the… who… what am I? Am I going to be dead again?” But in the end, I had to leave that for another day.

Here’s my controversial statement: I’m not completely convinced but she birthed him back to life and it was unquestioned. That was one of my arguments for chaos magic and her brain being out of control: She’s just bringing people back to life. There’s an element of him (and he knows it) that while he does exist, it’s an unnatural existence.

Wonder Man is an ionic being, and was already “alive” as a dispersed energy form. It was Wanda’s powers that helped him to fully pull himself back together. Wanda did bring him back, but it’s not like she just conjured him back out of thin air. As we’ve seen with other ionic beings (such as Atlas and Count Nefaria) they can eventually pull themselves back together from that state—Simon just had the benefit of a helping hand from Wanda.”

Es una pena que esta narrativa no haya llegado a más, viéndose diluida a nada en el transcurso de los siguientes arcos argumentales. Sin embargo, no quedó duda de que Brian Michael Bendis es capaz de crear en pocas páginas historias que sacudan a su audiencia y le den un toque fresco—aunque sea por un rato—a un medio tan estático como lo es el acervo corporativo de Marvel y DC.

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HAMMER WAR

“There are a lot of people floating around who were involved with Norman Osborn, and when the Marvel Universe changes it doesn’t mean they’ve changed their minds. So in modern day the Avengers will be up against the brand new H.A.M.M.E.R that is becoming something on the level of HYDRA.”

Avengers #16.1 marca el inicio del arco argumental más ambicioso de esta etapa: Bendis recupera aspectos tanto de Dark Reign, Seige y Dark Avengers y confecciona el regreso de Norman Osborn de manera tanto ingeniosa como emocionante, pero a título personal se queda corto en algunas ideas que presenta a sus lectores. Neal Adams se encarga de dibujar este primer episodio, mostrando la fuga de Osborn de prisión a través de viñetas en constante dinamismo, en un juego del gato y el ratón en donde el ex-líder de HAMMER se sale con la suya. Siendo una historia corta, Bendis le da prioridad a los combates entre los Vengadores de Luke Cage y los esbirros de Osborn, quienes logran extraerlo con éxito de la cárcel, llevándolo al encuentro de tres villanos de armas tomar: Madame Hydra, Gorgon y Superia.

Posteriormente, el autor divide a su narrativa por dos frentes: en New Avengers #17-23, Osborn crea una nueva versión de sus Dark Avengers y los coloca en curso de colisión con Cage y cía. Por otro lado, en Avengers #18-24, este villano se mete en una guerra de medios con Captain America y los Vengadores, a medida que los va poniendo fuera de combate de forma sistemática.

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THE CULT OF OSBORN

“What you’re going to discover is what H.A.M.M.E.R. has evolved into in Norman’s absence. H.A.M.M.E.R. will have become something that involves two or three corners of the Marvel Universe merging together to create one super-organization that there’s no way Steve Rogers and his S.H.I.E.L.D. less defense system can battle. You’re going to see some cool shit. You’re going to see Madam Hydra, Gorgon, Norman, Superia and quite a few other characters coming together to create a H.A.M.M.E.R. that cannot be defeated.

Plus, they have a secret weapon that Norman didn’t know about. It’s revealed to him and the audience very early in both the pages of ‘Avengers’ and ‘New Avengers.’ Both teams of Avengers will be handling the H.A.M.M.E.R. situation from their own angles […] they’ll feature almost completely different genres of stories.”

Una de las conversaciones más gastadas al hablar del género de superhéroes es sin duda lo insensible que es al tratar a la tragedia humana. Los escenarios de destrucción masiva y pérdidas humanas al por mayor se hacen a un lado a la vuelta de una página, para volver a comenzar de nuevo con la siguiente hecatombe. El reclamo de la gente en estos universos de ficción siempre se vuelve una retórica vacía, e incluso el propio Universo Cinematográfico de Marvel solo le rinde lip service sin ser realmente enfático o profundo en lo que han sido devastaciones irreparables—solamente el story arc de Zemo en Captain America: Civil War se atrevió a ir hasta sus últimas consecuencias con una narrativa de vendetta y rendición de cuentas, pero que al paso de un par de horas el villano fue consignado en prisión sin haber elaborado el punto de manera satisfactoria. Rellenar las páginas de turbas violentas, manifestaciones sociales y medios informativos discutiendo la validez o la falta de sanción para los héroes disfrazados se vuelve un aderezo completamente inerte a las primeras de cambio en el Avengers de Bendis, siendo solo parte del color para relatos más preocupados por el espectáculo visual y las explosiones.

La polémica que desata Osborn al hacerse la víctima ante los ojos del mundo no va a ningún lado realmente, y los mismos altos mandos de Hydra, The Hand y AIM que hacen alianza con él están solamente esperando el momento de un traspié para tomar el mando y conquistar al mundo por su cuenta.

Las historias tanto en New Avengers como en Avengers se benefician sobremanera gracias al talento de Mike Deodato, Renato Guedes y Daniel Acuña, quienes ante todo supieron darle realce a la acción y mostrar gran creatividad en la composición de páneles y un fluido storytelling. Cabe señalar que en el aspecto del color siempre tuvo a grandes exponentes, quienes le dieron todo un espectro variado para conjugar emociones y dotar de gran énfasis en la pirotécnica y el subterfugio que se manifestaban en ambos relatos. El autor siempre fue reunido con lo mejor de lo mejor en cuanto a arte secuencial se refiere, y quedó de manifiesto que en manos menos capaces los puntos débiles del argumento hubiesen dejado al desnudo a todos los yerros que hemos enumerado en estos párrafos.

En cuanto al arco argumental, los momentos de desconfianza, acción, conspiración y frustración estuvieron muy bien logrados, a medida que las maquinaciones de Osborn fueron haciéndose realidad. Con una base de poder a su disposición, este villano lanza a sus nuevos Dark Avengers contra Luke Cage y cía.: Gorgon (Wolverine), Superia (Ms. Marvel), Ai Apaec (Spider-Man), Trickshot (Hawkeye), June Covington (Scarlet Witch), Ragnarok (Thor) y Skaar el Hijo de Hulk. En Avengers, Bendis desvela que una doctora y agente de S.H.I.E.L.D., resentida por todo el desastre y la irresponsabilidad de los héroes enmascarados, ha ido acumulando una base de conocimiento forense y genético producto de cada escena del crimen y devastación que han ido dejando todos los eventos narrados a lo largo de esta amplia retrospectiva. Habiendo desertado a las filas de HAMMER, pone en las manos de Osborn toda esta librería de datos, creando para él a un ejército de súper soldados con los poderes de los Vengadores.

Los combates entre ambas facciones ocuparon gran parte de la historia, dejando claro que el escritor siempre hizo un esfuerzo consciente para que la acción dictara el ritmo de sus comics. Bendis crea una situación imposible para los Avengers, poniéndolos contra las cuerdas. Quizás para muchos la manera en la que salen de este aprieto sea un claro Deus Ex Machina, pero en tomos anteriores ya nos había telegrafiado el escritor que Victoria Hand jugaría un rol clave en la batalla contra HAMMER. De igual manera, el hecho de que Skaar haya sido un agente infiltrado por Captain America es congruente a la manera de ver el mundo de este personaje, y sin llegar a los extremos como lo hace su padre Hulk. Los guiños visuales a los clásicos juegos de pelea como Fatal Fury: King of Fighters son más que bienvenidos, aligerando a la trama en momentos selectos. En dicho sentido, el uso que Bendis le da a Spider-Man como “válvula de escape” ante situaciones críticas demuestra su destreza como maestro narrador.

Una vez que el gobierno americano no cede ante la presión mediática, es claro que a Osborn no le queda más remedio que deshacerse de sus enemigos. Utilizando las capacidades especiales del clásico villano Adaptoid, copia las habilidades de sus contrincantes para convertirse en un súper humano. En lo que parecería un golpe de suerte o conveniencia del plot, la fisiología de Noh-Varr resulta demasiado compleja de asimilar, haciendo que Norman no pueda copiar más poderes, siendo derrotado al instante.

Como colofón a este combate, vemos que el gran beneficiado de esto ha sido Hydra, que ha sido revitalizado con estas alianzas. Es importante decir que esta historia ve la luz en un momento en donde estas organizaciones de ficción criminal están en su momento más bajo—debido a los eventos publicados en series como Secret Warriors o Shadowland—y era obvio que había que darles un empujón, sobre todo por el hecho de que Hydra se había vuelto el enemigo principal en las películas de Marvel Studios.

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VISION QUEST

Bendis y Brandon Peterson hacen de Avengers #24.1 uno de los comics definitivos dentro de la franquicia. De una gran franqueza emocional, vemos como el androide Vision busca respuestas ante un mundo que lo destruyó, hirió sus sentimientos y lo dejó a un costado.

El autor acierta en todo el texto y en el subtexto que se genera a la vuelta de cada página, con un personaje necesitado no de atención sino de compasión por quienes lo rodean y no lo entienden. Los intercambios con Tony Stark, She-Hulk y Magneto calan durísimo y nos dejan ver a un alma atormentada y que no encaja en el mundo. Es el apoyo incondicional de Steve Rogers—quizás la única persona que comprende lo que es sentirse un hombre fuera de su tiempo—lo que levanta la autoestima de su amigo: “para ti y para mí solo hay un camino y ese es seguir adelante”. Ouch.

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A VS. X

Marvel no dejaría escapar la oportunidad de volver a publicar un crossover en donde las fuerzas del bien se peleen debido a ideologías en contraste o colisión. Avengers vs. X-Men supone para la editorial el reverdecer los laureles de una franquicia que nunca pudo encontrar su lugar tras la partida tanto de Grant Morrison en 2004 como de Joss Whedon en 2008. La bonanza reciente de los Vengadores de Bendis era perfecta para darle una descarga de electroshock y replicar a su fórmula de éxito. Emparejar a ambos equipos en combate era una idea necesaria e indispensable, tal y como lo fue Civil War en su momento.

De igual manera, el timing era perfecto. 2012 suponía el estreno de la cinta de Avengers y este spotlight le beneficiaría muchísimo a los Hombres X. En el plano editorial, los tomos de Avengers #25-30 y New Avengers #24-30 serían tie-ins con la historia principal, la cual tuvo el lujo de contar con 5 autores haciendo equipo como narradores: Bendis, Ed Brubaker, Jonathan Hickman, Jason Aaron y Matt Fraction, en ese momento los escritores top en el mainstream.

Pero las cosas no salieron tan bien como se tenía pensado. Avengers vs. X-Men estuvo rodeado de notables deslices y decisiones en el argumento que como un todo dieron al traste con esta intención de levantar de la lona a los también llamados “Hijos del Átomo”. En una posterior retrospectiva daremos un comentario amplio de este comic rodeado de infamia y controversia.

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JANET VAN DYNE AND THE MINIATURE SADNESS

“I had taken such a beating for Hawkeye dying that when I killed the Wasp I thought, ‘I’m going to get the shit kicked out of me for this.’ And I didn’t at all. I was shocked. They cared about Hawkeye, but she’s a founding member! There were even some people who thought, ‘Good!’ And I was like, ‘What? I love her!’ That made me want to bring her back immediately.

It was like, ‘I’m going to make you love her now.’ I certainly wanted to bring her back by the end of my run. No way in hell was I going to let Hickman and Remender get all the points for bringing back all the characters that I had killed. I didn’t want people to go, ‘Oh, thank God they fixed that nightmare!’”

La historia comprendida en Avengers #31-34 le sirve a Bendis para cerrar cabos sueltos, con arte muy bien logrado por Brandon Peterson, Mike Mayhew y Terry Dodson, y que navegan entre el buen humor y la acción frenética. En principio y de forma abrupta, Wonder Man parece estar arrepentido de sus acciones contra los Vengadores y desea probar que sigue siendo un héroe a toda ley. Es evidente que la falta de espacio le priva al autor de darle más énfasis a este arco argumental de redención: el perdón de Simon Williams se siente algo fácilmente ganado, sin ningún dramatismo, y siendo aceptado entre sus ex-compañeros sin reclamo alguno.

Otro pendiente a resolver fue la desaparición de la heroína Janet Van Dyne, “Wasp”—tras los eventos de Secret Invasion #8. Bendis explica que se miniaturizó a nivel subatómico, escapando de su muerte y encontrando refugio en el “Microverso”, y que como su nombre lo indica es un mundo microscópico, pero también vasto, desconocido y hostil. Janet se encuentra en medio de una comunidad sometida por un contrabandista de nombre Lord Gouzar, y viéndose en peligro transmite una señal hacia la Tierra en busca de ayuda. Son Wonder Man y los Avengers quienes responden a su llamado y logran salvar el día.

Era momento de regresar a los juguetes a su caja y sin rasguño, y con una historia de relativa simpleza el escritor cumple con su cometido. Resaltan en el tomo #34 las secuencias de acción dibujadas por sus colaboradores en ediciones previas tales como Mike Deodato, Walt Simonson, Leinil Francis Yu, Jim Cheung y Olivier Coipel, interpretando bajo su visión artística el combate entre los Avengers y Lord Gouzar en el Central Park de Nueva York. Es una lástima que su etapa en el título se hubiese acabado con un epílogo tan gris y con sinsabores muy evidentes, y que palidece en comparación a otras conclusiones bajo su pluma con los mismos personajes—mejor elaboradas, con gran impacto emocional y sumamente evocativas y memorables.

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THE DRUMMS OF WAR

“We were all excited about having a new Sorcerer Supreme and there were some people who really liked it, but in general, the ‘Doctor Voodoo’ series didn’t really find it’s footing. Both me and Rick Remender did an insane amount of Voodoo research to make this thing fly, but it just didn’t connect. So, we learned that Voodoo is a marketing negative. No offense to anyone who practices it! Please don’t practice it on me. I would have liked for that to have stepped forward more, but the Doctor Strange part of the story worked out very well.”

De la misma manera que en Avengers, los tomos de New Avengers #31-34 despiden al título cerrando pendientes dejados atrás y despiden en definitiva a Luke Cage y Jessica Jones de las filas de este conglomerado de héroes de una forma cándida y con un final feliz. En principio, Bendis trae de nuevo a Daniel Drumm y su vendetta contra Cage y cía. por la muerte de su hermano, Brother Voodoo. Incriminando a Dr. Strange en el asesinato de Daimon Hellstrom, Jennifer Kale y Victoria Hand, y creando un conflicto mediático en las puertas de la Mansión Avenger, Daniel hace que todos estos bienhechores se peleen entre ellos, causando un dolor de cabeza mayúsculo.

La muerte de Victoria Hand me pareció innecesaria, y a la vez trae consigo una serie de problemas dado que Spider-Man estuvo haciéndole bullying constantemente en tomos anteriores, dada su historia previa con Norman Osborn en Dark Avengers. Habiendo mostrado su valía y lealtad a Captain America, vemos que su deceso trae un inherente estado de remordimiento en Peter Parker que no es explorado en ningún momento. Y saben qué, ¿qué importa, no? Bendis estaba limpiando la casa y se llevaba consigo a quienes seguramente ya no tendrían cabida en el futuro editorial de la Marvel. Aun así, no deja de parecerme una triste decisión de su parte—y mucho más cuando Hellstrom vuelve a la vida de la manera más arbitraria posible.

Seguramente deshacerse de los hermanos Voodoo formó parte también de esta “limpieza”. Vemos lo difícil que es para el mercado comercial el crear a personajes nuevos, o bien traer a la mesa a los herederos de un legado que reemplacen permanentemente a los clásicos. Daniel es derrotado por Dr. Strange, y con ello también se restaura su lugar como el Hechicero Supremo, dando por finalizado a un viacrucis muy interesante y que Bendis emprendió con este personaje en su tenor dentro del título.

Mike Deodato brinda estupendas composiciones de acción y suspenso, no así Carlos Pacheco quien con el paso de los años le ha quitado mucho detalle a su trabajo—quizás para volverse más competitivo en un ambiente comercial el cual no tolera retrasos ni trabajos tan meticulosos que estén por encima de los deadlines. Y tampoco el arte angular y caricaturesco de Michael Gaydos y Mike Oeming le dan buenos puntos a esta historia. De la misma manera que en los tomos finales de Avengers, New Avengers #34 cuenta con un mashup de artistas, pero esta vez dentro de la corriente independiente, tales como Chuck BB, Farel Dalrymple, Ming Doyle, Lucy Knisley, Becky Cloonan y Yves Bigerel. Los reviews de la época fueron implacables con Bendis por esa selección tan desordenada de estilos, los cuales dejaron un resultado más curioso que satisfactorio. En palabras del autor, queda por sentado que fue más un capricho dada su estatura e influencia dentro de la editorial que una alternativa que encajara con la tónica narrativa del comic:

“The idea was literally just to pick people who were exciting me that I don’t know and I’m not working with. Everyone we contacted was like, ‘Really?’ It was as out of left field for them as it was for the reader. I thought it was a great note to leave on, though; one that I could be proud of, and I was right.”

Marvel publicó una larga misiva de Bendis para sus fans, en donde recapitula todos sus éxitos, decisiones y reacciones a lo que fue un body of work realmente impresionante, y que lo encumbró como uno de los autores más importantes en la vida editorial de esta compañía. Como un gesto de agradecimiento, se le hizo entrega de un reconocimiento a su labor como capitán de los Héroes más Poderosos de la Tierra:

“The lovely Tom Brevoort just presented me with this. I’m quite touched.”

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COLOFON

A mi parecer, la obra completa de Bendis a partir de 2010 adolece bastante, siendo un estupendo narrador en sus historias de corte personal, íntimo y autocontenido, pero todo un rompecabezas cuando se trató de relatos más allá de los seis meses. Como cuando se escribe en automático porque no hay nada más que decir; como cuando se escribe por compromiso y sin ponerse un freno y/o punto final. Su participación en el comité creativo de Marvel Studios lo orilló a ser partícipe de un momento importante para su carrera: era tiempo de que su nombre alcanzara un realce significativo, y el haberse hecho a un costado no era una opción prudente. Si su obra en Avengers iba a ser la piedra angular que guiara a los destinos de las películas del Universo Cinematográfico de Marvel en los años venideros, él tenía que estar en primera fila y al pie del cañón:

“Before I decided to stay with the Avengers, I asked myself, ‘Am I done?’ And the answer was, ‘No. I’m not.’ Some people reading this might be thinking, ‘Why don’t you let someone else write it?’ But the answer is, ‘No. I don’t want to.’ I get to help out a little with the Avengers movies and other Avengers things that people don’t even know about, that haven’t been announced yet. So it’s a grand time for this franchise and I feel like I have a lot of cool things to do. My love for this franchise is above and beyond anything I could think of.

[…] And then of course, now people who peripherally understand show business think I have a billion dollars. So that’s been happening a lot. I do not have a billion dollars. I certainly wanted to be on the book for when the movie came out. I got to say, ‘I’m the writer of the Avengers’ while that was out and be very proud of that, because the idea of there ever being an Avengers movie seemed insane.”

Con el paso del tiempo y una vez que la película de Avengers se cimentó fuertemente en la consciencia colectiva, poco a poco la influencia de este consejo—que incluyó a personalidades como el propio Bendis, Mark Millar, Joe Quesada y Jeph Loeb—fue viniendo a menos, siendo el productor Kevin Feige el gran artífice y estandarte de su éxito en los años siguientes.

Pero en el caso de los comics, se sentía de manera evidente que la franquicia de los Vengadores entre 2010 a 2012 había llegado a un callejón sin salida. Una verdadera lástima.

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