— figuras folclóricas de discusión pública; my own personal canon

“I worked at McDonalds, I did the biscuit bake, the fries.
At one point, I thought I was gonna be insane. My doll of a manager said, ‘Brian, there’s always a place for you at McDonalds.
It haunts me to this day. Any time I feel an inkling of hackery or laziness, ‘There’s always a place for you at McDonalds.’”
— Brian Michael Bendis.

 

Esta peculiar y para muchos cómica anécdota nos habla claramente de una ambición, fuerza y tenacidad en el trabajo del escritor Brian Michael Bendis, de cómo se aleja del conformismo y se reta a sí mismo para ofrecer material de lectura atractivo tanto para un mercado casual como también para su base de aficionados incondicionales.

El trabajo multigénero de Bendis dentro de los comics es el testimonio de una voz y expresión artística de gran poder, siempre con algo que decir. Su particular historia de éxito – surgido de la corriente independiente para convertirse en el símbolo definitivo del escritor comercial contemporáneo – coincide con una época dentro de esta industria donde se le ha dado prominencia a la obra de autor, donde su nombre es sinónimo de ventas aseguradas.

Nacido en Cleveland, Ohio y radicado en forma permanente en Portland, Oregon, Bendis inicia su carrera en el arte secuencial en la década de los 90s trabajando como ilustrador y escritor en la extinta casa editora de Caliber Comics. Sus primeras ofrendas como Fire, de 1993 y Goldfish en 1994 denotan una notable calidad, un talento en bruto que inicialmente se especializó en el siempre robusto y fértil género del crimen y castigo y la intriga conspiratoria.

Bajo el influyente sello editorial de Image Comics publica series como Jinx (1996), un relato de una femme fatale caza-recompensas, y Torso (junto a Mark Andreyko en 1998), situada en la época de la Prohibición en Estados Unidos y basada en hechos reales. Con ambas series se gana una reputación como escritor de un estupendo futuro y un estilo muy distintivo, que lo aparta de la norma y que lejos de encasillarlo le ofrecen numerosas oportunidades.

Son estos esfuerzos honestos y destacados que lo llevan a las puertas de Hollywood, en donde sufre en carne propia tanto desesperantes como desalentadores sucesos propios de la adaptación cinematográfica, en su intento por llevar a la pantalla grande sus comics como realizaciones de estudio. Bendis documenta estas experiencias en la ácida pero divertida crónica ilustrada de Fortune and Glory, publicada por Oni Press en el año 2000.

Es en dicho período donde Bendis alcanza un alto perfil en otros títulos, tales como las aventuras de detectives de Sam & Twitch (1999-2001, para Todd McFarlane Productions), y la inusual Powers (publicada por Image desde el año 2000 a la fecha), siendo éste último un comic policiaco donde la actividad súper heroica sirve como trasfondo para desarrollar interesantes y agudísimas historias de social sci-fi, emoción, valor y sacrificio. Es en estas series donde entabla una longeva relación de trabajo con ilustradores como Michael Avon Oeming, Michael Gaydos y Alex Maleev, destacados artistas que lo acompañarán a lo largo de su trayectoria.

Marvel Comics le ofrece la posibilidad de dar su gran entrada al mainstream con una publicación muy peculiar, de nombre Ultimate Spider-Man, publicada desde el año 2000 e ilustrada por un elenco variado de artistas. Este comic reinventa para la generación de lectores del siglo XXI al personaje insignia de la compañía, El Hombre Araña, siendo un enfoque 100% juvenil, lleno de sentido de asombro y encapsulando el conflicto interno clásico que hizo a este personaje un ícono cultural desde la década de los 60s. Bendis transforma a un título de mínimas expectativas en todo un suceso y cuyo impacto inmediato e identificación con su audiencia lo convierte en definitiva en el bastión que Marvel necesitaba para entrar en una nueva era, en ese entonces encabezada por el controvertido presidente Bill Jemas y con Joe Quesada como Editor en Jefe.

El éxito inusitado de Ultimate Spider-Man – cuyos notables elementos visuales y narrativos sirven de inspiración para la vertiginosa y triunfal película de “Spider-Man” de Sam Raimi en el 2002 – coloca a Bendis en una envidiable posición: su propia figura es sinónimo de “Marvel Comics”. Difícilmente se puede desligar su trabajo al crecimiento meteórico de la compañía, que estaba al borde de la bancarrota en el inicio del nuevo siglo.

Bajo su obra impresa surge el ciclo conocido como “NuMarvel”, creando con ello una línea editorial enfocada en crear historias tanto de gran resonancia como de duración finita y accesible para el público en general, con la adquisición del mejor talento disponible en la industria, y revitalizando de paso a su mercado secundario de ediciones recopilatorias, creando a su vez un catálogo robusto y viable para su distribución en librerías, tiendas de prestigio y supermercados. Joe Quesada y el editor Tom Brevoort se convierten en ese momento en los grandes defensores del trabajo de Bendis, cuyo estilo moderno y abierto entra en curso de colisión con la mentalidad insular del coleccionista de comics, acostumbrado a una zona de confort y al tradicionalismo, y que ha hecho del Internet su campo de batalla predilecto para atacarlo y desprestigiarlo.

Bendis aprovecha al cien por cierto la naturaleza serializada de los comics, ofreciendo relatos publicados en múltiples volúmenes que no solamente cuentan una aventura completa por sí misma, sino que además contiene elementos que forman parte de una gran narrativa, cumpliendo con la demanda del consumidor con tendencia coleccionista, donde mes a mes o cada seis meses el aficionado estándar regresa para continuar con esta interminable lectura. Esto se refleja sobremanera en sus breves contribuciones como autor para series como Ultimate X-Men (2003-2004) y Ultimate Fantastic Four (2004).

Quizás inconscientemente, Bendis inicia una auténtica revolución en el formato y presentación para el comic comercial, un approach que peyorativamente ha sido catalogado por la crítica especializada como “decompression”, encontrando tanto enérgicos detractores como la aceptación definitiva por parte de las grandes editoriales, quienes adoptan como propia esta alternativa de extender indiscriminadamente la duración de sus publicaciones, debido a su marcada dependencia en los ingresos generados por sus ventas mensuales, y la posibilidad de empaquetar seis o siete ediciones impresas en tomos recopilatorios para su venta individual.

Este “nuevo Marvel” empieza a encontrar nuevas posibilidades editoriales para abrirse paso en el escalafón de ventas. Así, Bendis recibe “carta blanca” para introducir una historia poco ortodoxa para la editorial: Alias (2001-04, con arte de Michael Gaydos), la cual narra las aventuras de la investigadora privada Jessica Jones, en una serie para lectores adultos y de amplio criterio, un paso importante para que la editorial incursione en forma definitiva en el mercado del comic de autor. Tras el éxito y popularidad de Alias, se traslada a Jessica Jones a las publicaciones oficiales del universo de ficción de Marvel Comics para todas las edades, con el comic llamado The Pulse (2004-05), y que combina en forma efectiva el periodismo inquisitivo con el género de súper héroes.

Tras un brevísimo paso con el comic de espionaje y artes marciales de Elektra (2001-02), Bendis encuentra lo que para muchos es su obra maestra dentro de Marvel Comics: Daredevil, siendo un comic que por naturaleza le permite a sus autores experimentar con narrativas más serias y torcer considerablemente las reglas autoimpuestas por las grandes editoriales en el género de súper héroes. Daredevil se vuelve un lienzo de gran libertad creativa para Bendis, quien confecciona importantes, memorables, polémicas y sorprendentes historias de justicia urbana, profunda reflexión sobre la condición humana, la soledad y la paranoia. En tan sólo un lustro (2001-05), su nombre se inscribe entre los autores definitivos del personaje, proveyendo relatos de amplio alcance, sumamente sombríos y de duras consecuencias, con un elegante manejo del diálogo conversacional y resaltando en todo momento una efectiva carga emocional, siendo ilustrados bajo el estilo versátil de un Alex Maleev.

La tónica narrativa impuesta sobre Daredevil, Ultimate Spider-Man y sus obras en Caliber e Image informan sobremanera la obra posterior de Bendis, en la que trata temas similares pero bajo enfoques novedosos y más personales, tales como la anárquica, meta textual y socialmente consciente Scarlet (2010, con Alex Maleev), el autodescubrimiento científico con ojos abiertos de Brilliant (2011, con Mark Bagley), los lazos familiares, el amor, el sentido de pérdida, el dramatismo y la felicidad propios del coming-of-age con Takio (2011) y la obsesión con la historia oscura de Norteamérica con United States of Murder, Inc. (2014), éstos dos últimos al lado de Michael Avon Oeming.

Sin embargo, es su inigualable labor como escritor para la franquicia de Avengers (en el lapso de 2004 al 2013 y a lo largo de múltiples publicaciones de diferente duración) por la que será recordado siempre, colocándolo como el arquitecto del futuro de Marvel tanto a nivel editorial como en el proceso creativo de proyectos paralelos dentro de la compañía, en el plano televisivo y en la pantalla grande.

Es a través de una mentalidad out-of-the-box lo que lo lleva a replantear las fórmulas tradicionales del comic, destilando la esencia básica de los personajes que escribe y que forman parte del acervo de esta importante casa editora, con el objetivo de construir un output que es accesible para un público masivo, neófito, dejando de lado todo bagaje previo. Este esfuerzo se puede ver plasmado en forma fehaciente a lo largo de los comics de Avengers surgidos bajo su pluma, y que sin duda inspiran el rumbo, forma y fondo de las películas de los Vengadores producidas por Marvel Studios.

Preocupándose por mantener una súper consistencia en las caracterizaciones dentro de su obra, Bendis evita en todo momento el dejarse atrapar por los anales de la historia impresa para rendir un tributo insípido y sin riesgos, sino que se esmera en adaptar a la longeva propiedad intelectual a las exigencias del lector moderno, que busca tanto una experiencia rápida, impredecible, profunda y enriquecedora.

Este estilo – mostrado en títulos como Ultimate Spider-Man vol. 2, Ultimate Comics: Spider-Man, Spider-MenAll-New X-Men, Uncanny X-Men y Guardians of the Galaxy entre 2009 a 2015 – lo llevó a polarizar opiniones y causar tanto agitada discusión, admiración e incluso repudio entre las audiencias tradicionalistas, y que se agudizó sobremanera en series posteriores tales como Jessica Jones, The Defenders, Miles Morales: Ultimate Spider-Man, Spider-Man vol. 2Invincible Iron Man, International Iron Man e Infamous Iron Man (2014-2018), dado su entusiasmo por reconocer a la actualidad de un mundo abierto a la diversidad y por ello darle prominencia a nuevos personajes en el catálogo de Marvel dentro de este cada vez más amplio espectro racial y cultural. Esto nos conduce a identificar una brecha muy evidente entre una comunidad fanática, cerrada y en sentido contrario de aquellos quienes están plenamente conscientes de la realidad actual de una industria de los comics, en plena desventaja a comparación de otras muestras del entretenimiento alternativo las cuales cuentan con mayor popularidad, apertura, inclusividad, accesibilidad y aceptación. Su periplo en la publicadora DC Comics (entre 2018 y 2022) recibió las mismas opiniones divididas.

Bajo el lema de “escribo las historias que yo quisiera leer”, Brian Michael Bendis emprende un reto mayúsculo: llevar esparcimiento con gran imaginación y agudeza, integrando momentos de análisis e introspección con aspectos rutinarios pero esenciales para definir tanto carácter como personalidad, instantes de comicidad y acción estilizada, estableciendo con ello una conexión honesta entre el lector y su ensamble de personajes, el cual cobra vida propia y genera una empatía inusitada que nos lleva a encontrar aspectos muy semejantes a los de nosotros mismos, rompiendo las barreras entre la realidad y la ficción.

Estas son razones suficientes para celebrar su extraordinaria obra en el comic mainstream contemporáneo, cuyo capital intelectual, sus protagonistas e imagen se ven enriquecidos con este inigualable estilo.

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