The long night was over

La revolución narrativa que encumbró a Brian Bendis en el comic de Avengers culmina de forma brillante con “Siege”.

Entre 2004 y 2013, la editorial Marvel Comics dio un salto de fe y le encomendó al autor independiente Brian Michael Bendis el revitalizar a una franquicia venida a menos. Bajo su pluma, el comic de Avengers cruzó un periplo de gran riesgo y controversia, con historias repletas de momentos tanto memorables, emocionantes e infames, que catapultaron tanto al autor, el propio comic y a la publicadora a un cénit narrativo y de ventas sin precedentes, creando relatos definitivos para toda una generación de lectores. La siguiente es una amplia retrospectiva a uno de mejores comics comerciales dentro del siglo XXI.

“We knew that after ‘Dark Reign’ we’d be headed towards a different Marvel Universe and ‘Siege’ is the beginning of that.”
— Brian Michael Bendis.

Lunes 31 de agosto de 2009, 09:00 a.m. Los medios informativos en Economía y Entretenimiento anunciaban al mundo que The Walt Disney Company había adquirido a Marvel Entertainment por la friolera de $4 mil millones de dólares. Con ello, el gigante multimedia se hacía de su amplio catálogo de propiedad intelectual, incluyendo a su prometedor estudio cinematográfico—Marvel Studios—que un año antes había sorprendido al mainstream tras el estreno de la ultra popular Iron Man, una cinta que a nivel internacional recaudó la imponente cifra de $585 millones en taquilla.

Todo un “game-changer” que continuaba el agresivo posicionamiento de Disney para hacerse de una tajada más grande del pastel que representa la cultura pop. Esta importante adquisición se unía a la compra del exitosísimo estudio de animación Pixar en 2006 (por $7.6 mil millones), y posteriormente la de Lucasfilm y sus subsidiarias en el 2012 por otros $4 mil millones de billetes verdes.

A mi modo de pensar este evento no solamente fue un parteaguas dentro del comic comercial, sino que también colocó los primeros cimientos de la transformación narrativa que Marvel realizó a partir del año 2010. Era claro que esta publicadora tenía (y tiene) en sus manos una serie de franquicias de potencial enorme, de gran prosapia y valor nostálgico difíciles de dimensionar. Los esfuerzos previos a esta compra millonaria—y comandados por gente como Avi Arad, Bill Jemas, Jeph Loeb y Joe Quesada, por nombrar solo algunos—le inyectaron a la compañía un spotlight muy merecido y que le abrió puertas a diversos ventures que la salvaron de la bancarrota, explotando como nunca antes el licenciamiento de sus personajes insignia.

“Marvel” era ya una marca, plenamente identificable en los ojos del consumidor ocasional, una palabra que engloba a personajes y conceptos más grandes que la vida misma, y por ello había que ser muy cuidadoso al momento de potenciar las cualidades básicas de su catálogo, aquellas que le dan tanto presencia y encanto. Por tanto, era necesario regresar a los fundamentos, a la premisa básica que mantiene inamovible y vigente al concepto del superhéroe, sin olvidar nunca al drama interno que lo hace relevante y moderno generación tras generación.

Y Marvel ejecutó era “regresión” de manera inmediata y ejemplar, sin preámbulos innecesarios pero también de una forma tan original que no se sintió forzada sino más bien natural, y dicha naturalidad se ejemplifica claramente al echar un vistazo a la franquicia de Avengers, la cual fue saliendo de la oscuridad hacia la luz gracias al talento de su escritor Brian Michael Bendis, aunado a la paciencia de su dirección editorial. Poco a poco, vimos como el infortunio hundía a estos héroes (a medida que intrigas de gran alcance y derrotas dolorosas a manos de sus enemigos los arrinconaron), pero fueron la audacia de un script plagado de momentos cándidos y una actitud esperanzadora ante la calamidad los catalizadores de una atmósfera muy especial, la cual fue cambiando todo hacia un panorama optimista. Esta unión de factores forjó una conexión muy especial y sorpresiva con su audiencia, compuesta por lectores tanto renuentes al cambio como también de seguidores incondicionales. De esta manera, aficionados y críticos en conjunto daban forma a un público que estaba al pie del cañón para consumir—mes a mes—a esta gran historia y hasta sus últimas consecuencias.

A pesar de la controversia, Avengers era un bestseller consumado y bajo un escrutinio digno de estudio. En sus páginas se trazaban crestas y valles surcadas por personajes dispares y carismáticos, comerciales y de culto, víctimas de una malaria que parecía no tener fin. Pero la compra de Disney sin lugar a dudas cambió las reglas del juego, por lo que había que acelerar el regreso a una aparente zona de confort para los superhéroes de la Marvel. Para dar cierre a esta muy redituable etapa, la alta gerencia comisionó una historia que cumpliera con dichos parámetros.

Y fue de esta manera que se lanzó al mercado un comic en cuatro capítulos titulado SIEGE.

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LA TÓNICA

Escrita por Bendis y con arte de Olivier Coipel (trazos), Mark Morales (tintas) y Laura Martin (color), Siege—Diciembre 2009 a Mayo 2010—tuvo como premisa la reunificación de los Avengers fundadores separados años atrás: Captain America, Iron Man y Thor, siendo así una aventura de gran trascendencia y una de mis favoritas, con un enfoque muy directo hacia la acción y a los momentos épicos entre su reparto, presentando set pieces monumentales, batallas encarnizadas y bajo un ritmo frenético de principio a fin, brindándole además al lector una descarga de emotividad que recompensa toda su paciencia tras tantos años de seguir a este magnum opus. Con esta serie limitada, Bendis—quien desde el año 2004 había sido el artífice de la resurrección de los Avengers para Marvel Comics—culminó una brillante etapa, llena tanto de elogios como escarnio por parte de fans y medios especializados, dejando el terreno listo para el siguiente paso en el plano editorial, y el cual discutiremos en futuras entregas dentro de esta retrospectiva.

Durante los 12 meses que comprendió el año 2009, se narró en un sinfín de publicaciones el dominio que Norman Osborn tuvo sobre el universo de ficción de Marvel Comics, entablando una persecución frenética sobre aquellos en contra de su autoridad, incluyendo a los Avengers. Por azares del destino, el reino mítico de Asgard—y hogar del todopoderoso Thor, Dios del Trueno—se encontró enclavado en el corazón de Norteamérica, por lo que el buen Norman vio con esto una amenaza latente a sus planes de control absoluto. Pero tras las sombras se esconde el Dios de la Malicia, Loki, quien desea a Asgard para él, por lo que se gesta un conflicto de intereses y en pleno curso de colisión. Esto obliga a los Avengers a resolver sus diferencias de una vez por todas y a tomar cartas en el asunto.

Como podrán apreciar, se trató verdaderamente de un cerrojazo triunfal a un capítulo memorable y controversial en la historia de este comic. Siege se percibe como una historia tradicional en el género en donde el bien triunfa sobre el mal, y sobre la cual Bendis cierra arcos narrativos para personajes que han sido protagonistas importantes durante su ciclo como autor en esta franquicia, tales como Norman Osborn, Ares y Sentry.

Como ya nos tiene acostumbrados, el escritor emplea a sus comics mensuales—en este caso New Avengers y Dark Avengers—para ampliar el contexto de su obra y ofrecer momentos de introspección muy interesantes. Comics de tiraje mensual tales como Avengers: The Initiative, Dark Wolverine, Thor, Thunderbolts, Mighty Avengers y New Mutants fueron elegidos por la editorial para complementar a la crónica de este evento. De igual forma, Marvel publicó ediciones especiales que expanden el dramatismo y sentido de asombro alrededor de esta saga (Siege: Embedded, Siege: Captain America, Siege: Young Avengers, Siege: Loki, Siege: Secret Warriors y Siege: Spider-Man).

Se puede decir que Siege es la última estación dentro del mapa narrativo que los Vengadores y la propia línea editorial de Marvel han seguido en los últimos años. El equipo creativo estuvo “pateando el juguetero” durante un buen lapso y ahora vuelven a acomodar a todas las piezas en su lugar, y esto desembocó en un cambio muy grande en el status quo alrededor de estos personajes—e influenciado sobremanera por la compra de Disney, aún y cuando esto se ponga en tela de duda. A pesar de esto, Siege no parece ser el resultado de una decisión precipitada, sino una progresión lógica y una conclusión satisfactoria tanto para el autor, los fans y la propia publicadora. Bendis concluye:

“Esto no fue algo que teníamos que hacer. Usualmente, cosas como estas son el resultado de cambios en el escritor o por bajas ventas, pero no esta vez. Era algo que queríamos hacer. Es un cambio muy grande para una franquicia que lo estaba haciendo muy bien y realmente no había necesidad de ello, pero esta historia se estaba contando a sí misma y fuimos a por ella.

‘Siege’ estuvo en el tintero desde ‘Avengers Disassembled’, y el cuándo y en dónde sucedería siempre estuvo abierto. Hubo discusiones sobre el publicarlo tras ‘Secret Invasion’, pero una vez que se presentó la oportunidad de ‘Dark Reign’ mi editor Joe Quesada dijo ‘espera un poco, Dark Reign tiene que formar parte de esto’, por lo que ‘Siege’ necesitaba encajar dentro de la fisonomía que tomó Marvel en tiempo reciente.”

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LAS CARTAS SOBRE LA MESA

“You HAVE no throne. You are not a KING nor a kingMAKER. You—I’m not sure what one would call you at this point.”
—Dr. Doom.

Bendis estructura la trama alrededor de Siege de una forma muy atractiva para el lector, examinando a su narrativa a través de diversos ángulos y puntos de vista. Esto convierte a su relectura en un ejercicio interesante, y le ofrece a quienes compraron los títulos bajo su pluma un valor agregado más que bienvenido.

Por ejemplo, si leemos la edición especial de Siege: The Cabal, Dark Avengers #15 y la historia corta de nombre “Origins of Siege”, tenemos ante nosotros todo el contexto detrás de escenas clave en lo que fue el inicio de este arco argumental.

Siege: The Cabal—Norman Osborn discute con su grupo secreto las nuevas reglas del juego, para disgusto de Victor Von Doom. Además: ¿Qué se trae Loki entre manos?

El punto fuerte dentro de estos tres comics es la cohesividad en la cual se expone a Norman Osborn perdiendo la paciencia y sus cabales, a medida de que sus aliados lo abandonan a su suerte. La presencia de Asgard en Estados Unidos le ofrece la oportunidad perfecta para consolidar su poder, pero la renuencia de su gobierno por entablar un conflicto diplomático lo lleva a tomar medidas extremas para justificar su preocupación.

Estos relatos dejan claro quién era el “arma secreta” de Osborn (Sentry/The Void) y que Loki lo ha influenciado poco a poco para convencerlo de invadir a Asgard. El arte secuencial en estos comics, a cargo de Michael Lark, Stefano Gaudiano, Matt Hollingsworth, Mike Deodato, Rainier Beredo y Lucio Parrillo nos ofrece atmósferas sombrías y colorida pirotecnia en momentos cumbre, en donde cada uno ofrece su interpretación de los hechos que Bendis plasma en su argumento, y cuyo dominio de las personalidades de villanos clásicos como Doom, Loki y Osborn nos regala un choque de egos con consecuencias importantes.

Origins of Siege—Loki y Norman Osborn sostienen una breve conversación, la cual pone en juego el futuro del Universo Marvel. El camino a la toma de Asgard inicia.

La desintegración del cabildo de Osborn era algo que se daba por sentado desde que Dark Reign empezó, pero la manera en la que se fueron presentando los hechos nos dejó gratas sorpresas a la vuelta de cada página, siendo el enfrentamiento entre Osborn y Dr. Doom en estos tomos algo sumamente vistoso y espectacular.

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LA TOMA DE ASGARD

“May your victory bring us both the power we were born to wield.”
—Loki.

Siege fue quizás el evento de Marvel que mejor diseño de portadas tuvo desde que Bendis tomó el cargo de los Avengers. Completamente lejos de ilustraciones multicolores y tipografías estridentes, cada una de sus portadas ofreció postales tanto sobrias, icónicas y sugerentes, empleando un filtro de color uniforme en cada entrega mensual y trasmitiendo al dedillo la naturaleza épica de esta historia ante los ojos de su audiencia.

Siege #1—Una tragedia en suelo americano es la excusa perfecta de Norman Osborn para invadir Asgard. Pero los Avengers no se quedarán con las manos cruzadas.

Mientras que la trama principal revela el incidente que detona la invasión de HAMMER en Asgard, los tomos correspondientes a New Avengers exploran el enfrentamiento entre los esbirros de The Hood contra los Vengadores, antes y durante el sitio de esta tierra mítica. Respecto a esto último, tenemos un esfuerzo en conjunto muy bien logrado por los artistas en interiores (trazos, tintas y color por Stuart Immonen, Wade von Grawbadger y Dave McCaig por un lado, y arte digital de Daniel Acuña por otro).

Como capítulo introductorio, Siege #1 funciona gracias a su enfoque en secuencias de acción estilizada que son espectaculares, y que se apoyan en diálogos incisivos que definen claramente a sus personajes y motivaciones. Para nuevos lectores, todo el contexto detrás de esta obra se ofrece en material complementario al final de la historia, en donde una columna editorial de Joe Quesada pone al corriente a todo el mundo de lo que sucedió en Marvel Comics entre los años 2004 al 2009, incluyendo a los arcos argumentales más importantes y en qué ediciones recopilatorias salieron al mercado. Es encomiable el esfuerzo hecho por la publicadora en hacer de este evento algo verdaderamente conciso, accesible y con gran fluidez, con un trabajo artístico que no tiene desperdicio alguno. Coipel entrega un storytelling sumamente limpio y que aprovecha todo el espacio posible a través de emotivos splash pages que escudriñan cada ángulo. Mark Morales emplea un trazo fino para no ocultar ningún detalle dejado por el ilustrador sobre la página, mientras que Laura Martin hace uso de tonalidades de gran viveza, filtros multicolores y metalizados, y que como un todo hacen hincapié en que esta aventura representa el fin de una época oscura y el regreso definitivo del heroísmo.

New Avengers #61—En frentes separados, Steve Rogers y Bucky Barnes, así como Spider-Man y Spider-Woman, combaten a los secuaces de The Hood.

La justificación del ataque a Asgard fue muy bien lograda, en donde Bendis aprovecha para ello a un personaje de culto como el voluminoso Volstagg, un semidios dentro del panteón de héroes nórdicos. En palabras del autor, las razones fueron bastante claras y congruentes respecto a lo que se venía contando en los comics de la Marvel:

“(Volstagg) es un gran guerrero. Su aparición coincide con una idea que el autor J. Michael Straczynski sugirió en el comic de “Thor”, en donde Volstagg deseaba recorrer el mundo y vivir las aventuras que tendría el propio Thor. Fue una idea interesante y con muchas posibilidades, y me emocionó mucho el hecho de que era algo que no se iba a tocar sobremanera dentro de su historia. Entonces pensé que el uso de Volstagg sería perfecto. Tal y como lo dice Loki en el comic, “Hay muchas cosas que él desconoce.” Es como si viviera en un planeta distinto. Si se buscaba crear un incidente alrededor de alguien que no estuviera consciente de las consecuencias, él es el candidato.”

Y así fue. Cabalgando por territorio americano, Volstagg parece un héroe de una época romántica que contrasta totalmente con este mundo lleno de paranoia, discriminación e incertidumbre. Su combate a muerte contra los esbirros de Osborn deja devastado el imponente campo deportivo del Soldier Field de Chicago, y un incontable número de víctimas.

“Originalmente iba a ser el Wrigley Field y Joe Quesada, que es un nerd del béisbol, me llama un día y me dice, “¡No! ¡Es horrible!”, y yo le digo “pues se supone que es horrible.” Entonces contesta que “¡No! Es anti-patriótico. Puedes usar al Fútbol Americano. Usa a los Osos.” Y yo estaba como, “¿no es eso también poco patriota?”, a lo que dice “No.” (risas) Así fue como terminó todo esto.

No soy fan de los deportes. Sólo buscaba que algo netamente americano fuese perturbado y convertido en algo horrible. Jugaba con la idea de usar a una escuela, pero eso se acercaba mucho a lo hecho en Civil War
— Bendis.

Osborn desatiende a la cadena de mando y emprende una cruzada para atacar a la tierra de Asgard, un evento que es transmitido en televisión nacional. Un convaleciente Tony Stark, siendo atendido por María Hill y el Dr. Donald Blake—alter ego de Thor—son testigos mudos de esta insolencia, mientras que Steve Rogers—quien volviera a la vida tras los eventos publicados en Captain America: Reborn—se prepara para el contra-ataque.

New Avengers #62—Cap y Bucky vs. Controller y Living Laser. Spider-Man y Spider-Woman vs. Mandrill y Griffin. Round 2.

Recuerdo muy bien el feeling épico que transmitían todas esas imágenes. El equipo creativo se encontraba en su mejor momento y la reacción de los fans a través del Internet fue más que positiva. El momento más esperado por todos estaba a punto de suceder.

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DEICIDIO

“It’s time to take back this country. Our friends and allies are being attacked, maybe killed. And we’re going to go do something about it. All of us.”
—Captain America.

El sentido de asombro de esta miniserie alcanza un punto descomunal en su segunda entrega, una vez que Thor interviene en el combate y Osborn lanza al ataque al todopoderoso Sentry. El arte de Olivier Coipel—inspirado sobremanera en el estilo contemporáneo de animación japonés— nos deja boquiabiertos al presentar encarnizadas batallas entre ambos frentes. Su mezcla entre la expresión corporal del anime junto al arte secuencial clásico del superhero comic hace a este saga algo muy especial.

El momento cumbre sucede durante la mitad de este comic, cuando Ares se da cuenta de que Osborn le ha mentido. Haciéndole frente, es interceptado por Sentry, quien en un santiamén impone su gran fuerza y le da muerte de una manera sumamente cruenta, desgarradora y sanguinaria:

Siege #2—La toma de Asgard comienza. Ares toma una decisión. Y Sentry se convierte en pieza clave de la historia.

Los niveles de poder de Sentry se encontraban fuera de toda norma, siendo algo explorado en gran manera por Bendis en el título de Dark Avengers, y el nivel de gore mostrado en Siege #2 lo encamina hacia un punto de no-retorno. Es interesante apreciar el hecho de que poco a poco Marvel se alejó de un enfoque meramente romántico con el origen de este personaje, para mostrar matices sumamente siniestros, más cerca del estilo que un Alan Moore impuso en comics como Miracleman, al hacer de la vida de este héroe un infierno lleno de mentiras y tragedia, en contraste total con lo tradicional o clásico que pudiese ser un personaje dentro de este género literario. Tras la muerte de Ares—un personaje fan-favourite—Sentry se volvía irredimible, un candidato destinado a la condena colectiva y al cadalso.

La visceral forma en que Ares es descuartizado sorprendió a todo el mundo, incluyendo al propio autor, y durante un tiempo se pensó en que esta forma tan gráfica de deshacerse del personaje caería víctima de la auto-censura por parte de la editorial, y que el Internet se volvería a “partir a la mitad” con críticas generalizadas. Sin embargo, y en palabras del propio Bendis dicha escena se escribió de tal forma que fuese tan sangrienta y real como se tuviese permitido, pero al parecer Coipel se lo tomó tan en serio que no tuvo freno alguno por hacer de este momento algo lleno de shock y sumamente memorable.

A decir de Bendis, Disney vendría por su cabeza. Pero para su sorpresa no solamente no sucedió nada, sino que la línea editorial era una basada en la no-intervención. Marvel y sus comics eran intocables al momento de que el arte de Coipel llegó a las oficinas. Incluso cuando las tintas y el color le dieron más realce a esta masacre, no hubo consecuencias.

Y sin lugar a dudas esta fue una de las escenas más deslumbrantes dentro de este evento. Una de muchas (para fortuna de los involucrados) y que en conjunto dejaron una huella indeleble en quienes mes a mes leímos absortos cada una de sus páginas.

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LUCHA SIN CUARTEL

“I want a life. I want to be an Avenger. For real. I want to take this baby for A WALK IN THE DAMN PARK. That WOULD be nice.”
—Jessica Jones.

Una vez que The Hood y sus esbirros son llamados a participar en la toma de Asgard, el comic de New Avengers cambia de enfoque nuevamente, tomando nota de sus reacciones. El arte fotorrealista de Mike McKone y los colores enmudecidos de Dave McCaig le sirven al argumento para plasmar atmósferas sombrías y de peligro, además de momentos de introspección que valen muchísimo la pena. De nueva cuenta, Bendis se toma un espacio para exponer el punto de vista de Luke Cage y Jessica Jones, quienes deciden unirse al batallón de Captain America con la firme creencia de que esta es la oportunidad que han estado esperando para volver todo a la normalidad, y disfrutar al fin de un merecido tiempo de calidad junto a su hija Danielle.

Siege #3—Los Vengadores aparecen para detener a Osborn. Pero el Director de HAMMER tiene un as bajo la manga.

El sindicato del crimen no está nada contento con el desempeño de su líder, quien no ha cumplido sus promesas de dinero e inmunidad. Bendis, quien había escrito al personaje de Hood desde 2007, estaba a punto de llegar a un punto final para su character arc.

En conjunto, Siege #3 y New Avengers #63 y 64 forman una narrativa basada en fuertes caracterizaciones, una vez que los Vengadores hacen su retorno triunfal, lanzando al aire su característico grito de batalla. De igual forma, un completamente recuperado Iron Man se hace presente, vistiendo su armadura clásica. El autor explota al máximo la nostalgia una vez que la contienda se pone del lado de los héroes.

New Avengers #63—La batalla se traslada a la mítica ciudad de Asgard. Son los New Avengers contra The Hood y las fuerzas de HAMMER.

Sin una oportunidad clara para salir bien librado, Osborn es vencido al ser despojado de su armadura de Iron Patriot. Para sorpresa de todos—y en un chispazo de genialidad por parte de Bendis—Osborn lleva su rostro camuflado con la efigie del Duende Verde. Es Spider-Man quien merecidamente se lleva el momento de gloria al darle un golpe demoledor, dejándolo a merced de su suerte, siendo éste uno de los momentos más gratificantes para el fandom.

Al fin, los chicos buenos se llevan una victoria sólida después de largos años de sufrimiento. Sin embargo, Sentry sigue a la caza, y con toda su fuerza derrumba la ciudadela flotante de Asgard, desquebrajando sus cimientos y desplomándola sobre territorio norteamericano, siendo una imagen de gran impacto y que Coipel entrega con grandísima elocuencia y severidad sobre la página.

New Avengers #64—Es la conclusión de la toma de Asgard, y todo parece indicar que será el inicio de una época brillante para los Avengers. ¿Será cierto?

Esta hecatombe le permite escapar a Hood y a su compañera de armas Madame Masque, además de permitirle a Osborn el desbocar todo el poder de Sentry sobre sus enemigos. Transformándose en la entidad maléfica de The Void—en una secuencia muy bien lograda por Coipel—los Vengadores parecen tener las horas contadas. El autor nos había telegrafiado de manera clara y a lo largo de su tenor en el título que era solo cuestión de tiempo para que esta confrontación tomara forma definitiva.

Bajo un ritmo vertiginoso, Siege había cumplido las expectativas de los lectores, reuniendo por fin a los protagonistas queridos por todos tras una larga ausencia.

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EL GUARDIÁN DORADO DEL BIEN

“I think someone’s about to get beat down like no one has ever been beat down before.”
—Spider-Man.

En mi opinión, lo único que le faltó a Siege fue una batalla final que fuese no solamente digna, sino espectacular e inolvidable. No puedo decir que el combate entre los Vengadores y The Void fue épico, sino que al contrario le faltó ímpetu, dramatismo, grandes secuencias de acción y ultraviolencia, dado el nivel de peligrosidad que este personaje había presentado en los tomos anteriores. Se puede decir que Bendis desperdicia la oportunidad al darle mucha importancia a Loki en estos instantes finales. Sabemos que, históricamente, él fue quien con sus fechorías consolidó la unión de los ahora Vengadores, y parecía adecuado que Bendis rindiera un sutil homenaje a este hecho.

Sin embargo, se nota una poca ambición en el guión para hacer que la ayuda divina de Loki haga una gran diferencia en esta pelea, e incluso el arte de Coipel, aunque sin error alguno, dista de ofrecer momentos que fuesen memorables. La contienda entre los héroes y Void se siente breve, poco espectacular, y no logra repetir la amplitud y sentido de escala que vimos en las entregas previas, ya que el uso de la fortaleza aérea del Helicarrier como un inmenso proyectil es algo que ya habíamos visto, y que Bendis continuaría usando de forma reiterada en posteriores obras al mando de los Vengadores.

Siege #4—La toma de Asgard llega a su fin, con los Vengadores Unidos, enfrentando a una amenaza peor que Norman Osborn y HAMMER juntos. La Era Heroica ya está aquí.

Y ni qué decir de los amplios recursos que Sentry/Void empleó en series como New Avengers y Dark Avengers, no solamente para ejemplificar su conflicto mental sino para poder reponerse inmediatamente de heridas mortales. En pocas palabras, la falta de consistencia en su rango de poderes da al traste con lo que podría haber sido una lucha de auténtica antología, y que le diera una despedida digna a una de las ideas más estrafalarias e interesantes que ha publicado Marvel.

A lo largo de toda su existencia, Sentry siempre ha estado en el ojo del huracán, sembrando a su paso opiniones divididas entre los lectores y profesionales del medio, siendo su origen una de las historias más controversiales dentro del anecdotario que el género de superhéroes nos ha dado: todo comenzó con una breve nota salida de la sección de cartas en el comic de Daredevil #9, editado en julio de 1999. En su interior se anunciaba que el veterano ilustrador Artie Rosen, con una carrera dentro del medio desde 1941, se encontraba delicado de salud. Posteriormente, en el tomo #103 de la desaparecida revista Wizard (con fecha de enero del 2000) se anunciaba su fallecimiento.

Entre los meses de febrero a junio, Wizard sacó la noticia de que entre las pertenencias dejadas por Rosen se encontraba un archivo con material diverso de sus días en Marvel Comics. Fue el autor Paul Jenkins quien encontró de forma accidental un comic titulado “Startling Stories #1”, que incluía el debut de un personaje de nombre “The Sentry”, además de bocetos bajo la rúbrica de Rosen y el legendario escritor Stan Lee, y cuya fecha de creación era previa a la de los Cuatro Fantásticos.

Así, Marvel le da carta blanca a Jenkins para tomar a este flamante hallazgo y llevarlo a la página impresa en una nueva aventura. Con trazos del talentoso Jae Lee, “The Sentry” es publicado por el aclamado sello editorial de “Marvel Knights” a cargo de los entonces editores Joe Quesada y Jimmy Palmiotti. Bajo una estética visual similar a la de Superman de DC Comics, pero con el drama interno “al estilo Marvel”, este personaje es mostrado como un héroe que fue olvidado tiempo atrás por todo el mundo, y el misterio de su desaparición yace en la mente de un tal Bob Reynolds, un ex-adicto con sobrepeso, agorafobia, sueños bizarros y problemas conyugales. Frescos de su reciente éxito en “Inhumans”, Jenkins y Lee transforman a esta narrativa de tintes nostálgicos en un thriller psicológico con momentos off-beat, atmósferas siniestras, sentido de pérdida y tragedia personal, en donde los superhéroes más emblemáticos de esta compañía conmemoran las acciones de uno de los bienhechores más enigmáticos.

Siendo un éxito relativo en ventas y en crítica, y aún y cuando su origen fuese insertado retroactivamente en una de las épocas definitivas dentro del género, “The Sentry” es una gran aventura, y que siendo autocontenida nos trajo a la mesa una de las mejores obras en la carrera de Jenkins y Lee—quienes se hicieron acompañar de artistas de la talla de Mark Texeira, José Villarrubia, Phil Winslade, Rick Leonardi y Bill Sienkiewicz para retratar las hazañas de este personaje en la “Era de Plata” de Marvel Comics.

Sentry: Fallen Sun—Un emotivo y controversial eulogio a la vida y obra de Robert Reynolds.

Fue en un artículo publicado en Wizard #116 (mayo 2001) y adecuadamente titulado “The Big Lie”, donde se revela finalmente que la historia detrás de Sentry fue un stunt publicitario orquestado por Quesada, el entonces presidente Bill Jemas, los editores de Wizard Magazine y los co-creadores Paul Jenkins y Rick Veitch, todos en complicidad con Stan Lee—quien con su característica picardía logró sembrar la duda entre los fans. “Artie Rosen” se trataba de un seudónimo tomado de Artie Simek y Sam Rosen, letreristas legendarios dentro de Marvel, mientras que los bocetos de Sentry le fueron comisionados originalmente al ilustre John Romita, Sr.

Sin embargo el daño estaba hecho y Sentry llegó para quedarse. Su presencia se asienta en definitiva al reaparecer en la última página de New Avengers #1, en una edición cuya fisonomía anunciaba cosas completamente impredecibles para la franquicia, ahora a cargo de Brian Bendis. Jenkins regresó a escribir al personaje en una segunda miniserie en el año 2005, y sobre la cual añade mayores matices de desesperación (y más verdades a medias respecto a su origen) en la personalidad de Bob Reynolds.

En este mismo tenor, es Bendis quien complementa este singular approach en la saga de Dark Avengers, al hacer que su adicción a las sustancias nocivas lo lleve a tocar fondo, a tergiversar una imagen que se debate entre la bondad y el engaño, la paz mental y la esquizofrenia. En pocas palabras, Sentry nunca tuvo el control de sus emociones y esa es la gran tragedia detrás de este hombre azotado por un gran poder y la incapacidad de aplicarlo responsablemente—una máxima entre los superhéroes de la Marvel.

De esta manera llegamos al combate definitivo en Siege #4, en donde Thor y Void deciden el destino de la humanidad. Es en un momento de claridad que Reynolds—una vez que lo ha perdido todo—suplica que le maten, ya que su personalidad maligna es prácticamente indestructible. Siendo abatido por un relámpago, su última voluntad es cumplida. Su cadáver es lanzado al corazón del Sol para recibir un descanso eterno.

La editorial le da la oportunidad a Jenkins para despedirse de su creación, al publicar “Sentry: Fallen Sun” con fecha de mayo de 2010. El autor, acompañado por Tom Raney, Scott Hanna y Val Staples, reúne a quienes fueron cercanos a Bob Reynolds, y frente a su tumba rememoran tanto lo bueno, lo malo y comparten secretos celosamente guardados. Con un guión que mezcla con ingenio emotividad y polémica, nos deja claro que este fue el final de un ciclo para este inusual personaje, a pesar de ofrecer un leve atisbo de esperanza en su regreso.

Y no fue hasta el año 2013 en que se suscita su retorno, esta vez dentro de las páginas de Uncanny Avengers (2012-2014), un título de superhéroes a cargo de Rick Remender, una de las voces autorales de mayor fuerza y creatividad dentro de la escena comercial e independiente. De una manera bastante original, Remender fusiona conceptos del comic noventero y contemporáneo para inyectarles un sentido de novedad, proyectándolos bajo un guión que combina fuerte caracterización, dramatismo, atrevimiento y altas dosis de ultraviolencia. Bajo una premisa sencilla—“¿Qué pasaría si Sentry resucita y se da cuenta de que Void ya no está más en su cabeza?”—confecciona un interesante aunque breve arco argumental en donde su voluntad es controlada por una “Semilla Celestial de la Muerte”, por cortesía de los Hijos de Apocalipsis, un villano clásico dentro del mito de los X-Men.

Si tu cabeza no explotó espera a tener en tus manos esta historia corta (Uncanny Avengers #14-17) que sin lugar a dudas representa el punto más alto que alcanzó este comic durante su breve existencia, y que reunió a personajes clásicos entre los Vengadores y los Hombres X. Reinventado como un ángel de la muerte y recitando poesía del siglo XVIII, Bob Reynolds es redimido al final de este relato, y bajo un profundo existencialismo—incluyendo sutiles guiños al trabajo de Grant Morrison en NEWXMEN—redefine su propósito como protector de la humanidad.

De esta manera, Remender lo posiciona de nueva cuenta en el juguetero de la Marvel, dejando íntegro su característico conflicto interno que lo distingue de los demás superhéroes.

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¡EXCÉLSIOR!

“I realized… even with the globe-trotting, earth-shattering, spectacularly colorful lives we have led… there’s only one thing I wanted to do this entire time… only one thing that will tell me the battle was won. That the fight was over. And that is one day I am going to go for a walk. A free man of convictions. And I said to myself, if I ever get to do that again… I’ll know, on that day… we won.”
—Luke Cage.

El tramo final de Siege deja puesto el terreno para el regreso del heroísmo en el universo de ficción de Marvel Comics. Bendis redime a Volstagg en una breve secuencia al detener el escape de Osborn, mientras que poco a poco va desmantelando a HAMMER y a su corrupta administración, dejando a Steve Rogers a cargo de todo. Asgard lima asperezas con el mundo de los humanos, los Avengers recuperan a la Torre Stark, y la controversial Acta de Registro de Superhumanos—surgida en las páginas de Civil War—es abolida.

Este final feliz tuvo su encanto en aquel lejano 2010 por una sencilla razón: la conclusión de la historia tuvo lugar en tres publicaciones distintas, y todas ellas se lanzaron al mercado en un mismo día. Siege #4, Dark Avengers #16 y la edición especial de New Avengers: Finale—en alusión a aquel tomo del lejano 2004 que le decía adiós al equipo original—presentaban un panorama completo que abarcó a todos los protagonistas y a sus respectivas reacciones ante este cambio de status quo.

Dark Avengers #16—Es la conclusión de la toma de Asgard, y todo parece indicar que es el fin del imperio de Norman Osborn y sus Dark Avengers. ¿O no es así?

Por un lado, teníamos a un reluciente Universo Marvel, energizado con el regreso de los Vengadores originales. La editorial traía a la mesa una interesante pléyade de títulos de tiraje mensual, todos unidos bajo el banner de “The Heroic Age”, indicando a todas luces un enfoque back-to-basics tras la compra de Disney.

Mientras tanto, Dark Avengers decía adiós. Bendis concluía el mejor trabajo de su carrera en Marvel a tambor batiente, con estos impostores recibiendo su merecido. Resalta sobremanera un sentido monólogo de Osborn, plenamente convencido de que sus intenciones eran para el bienestar de sus compatriotas, de brindar estabilidad a una nación que ahora lo miraba tanto con desdén e indignación. Su discurso llega a oídos sordos, y más aún cuando su única audiencia es su alter-ego del Duende Verde, unidos a un destino cuyo común denominador es un duelo de voluntades que se debate entre la cordura y el caos absoluto. Aunado a todo esto, el autor sacaba de su chistera una sorpresa más, al darle a la burócrata Victoria Hand una oportunidad de redención dentro del nuevo orden impuesto por Captain America, y que veríamos todos nosotros en las páginas de New Avengers a partir de mayo de 2010.

El desenlace a esta epopeya no tiene desperdicio alguno. Ilustrado por Bryan Hitch, el comic de New Avengers Finale no solamente ofrece una emocionante persecución entre héroes y villanos, sino que en sus instantes finales se convierte en una carta de amor que conmemora a todos estos años aciagos, álgidos e impredecibles, y le regala a su audiencia uno de los momentos más bellos desde que se publican las aventuras de estos personajes a cuatro colores: acorralados tras la fallida toma de Asgard, The Hood recurre en última instancia a la misericordia del mortífero Luchino Nefaria, el padre de su amada Madame Masque. Pero no contaban con que los Vengadores tomarían la iniciativa, llevando la batalla a su propia puerta, y de esta manera héroes como Luke Cage, Ms. Marvel. Wolverine, Spider-Man, Bucky, Spider-Woman, Mockingbird y Hawkeye regresan por sus fueros, teniendo al fin una oportunidad de revancha contra quienes han hecho de sus vidas un infierno en tiempo reciente.

New Avengers: Finale—Bendis culmina un ciclo de muchos años de historias para los New Avengers. Los conflictos se han terminado y el grupo ha perseverado. ¿Será posible que este comic sea una despedida para el grupo como lo conocemos? ¿O será el inicio de cosas nuevas e inesperadas?

Una serie de splash pages salidos tanto de portadas como arte en interiores de New Avengers le ofrecen al lector un momento solemne para echar la mirada atrás y ponderar que este título marcó un antes y un después para la compañía, y que todo lo visto hasta ese instante tuvo un sentido—o ninguno, para quienes se mantuvieron escépticos, puesto que este comic tuvo espacio para todos. Atando cabos sueltos, el autor cierra una página gloriosa y de amplio debate para este título, un comic que mes con mes levantó ámpula pero que se mantuvo firme siendo el número uno en el escalafón de ventas. Con gran maestría, la última página condensa todo este trajinar lleno de emoción y tragedia y lo lleva hacia una conclusión lógica, una catarsis que reivindica a la esperanza de sus protagonistas, y que se traduce en una imagen—ilustrada con gran impacto y sutileza a la vez por parte de Stuart Immonen—que queda para la posteridad.

“New Avengers Finale cierra un largo capítulo en la historia de los Vengadores. Ellos han ganado la batalla, y han mantenido su carácter intacto. Así, una vez más, se dan la oportunidad de salir a la calle para dar un paseo. Para algunos este detalle les parecerá muy poco, pero para quienes no han podido caminar en completa libertad es algo mayúsculo. Siento que Stuart capturó este momento de manera perfecta y maravillosa.”
—Bendis.

A título personal, Bendis podría haber dicho basta, y terminar aquí esta grandiosa etapa. Se lo merecía, había sacudido el juguetero con el riesgo de destrozarlo todo pero salió avante. Se la jugó y ganó. No solamente él, sino una compañía que le confió su acervo literario y terminó con una revolución narrativa bajo el bolsillo, que se tradujo en beneficios tangibles y una revitalización para su marca que la llevó a asegurar su futuro inmediato.

Dentro de todo este amplio catálogo de publicaciones bajo su pluma, mis comics predilectos fueron los siguientes: New Avengers #14, 23, 26, 31, 33, 42, 60, Mighty Avengers #12, 19, New Avengers: Illuminati #5, Secret Invasion #8, Dark Avengers #13, Siege #1-4 y New Avengers Finale.

Tras el término de Siege, poco a poco fuimos testigos de un período de transición interesante dentro de las publicaciones de Marvel Comics, un cambio de paradigma que le dijo adiós a un ciclo de experimentación como nunca antes visto, en los que se torcieron—aunque sea por muy poco—las reglas del comic comercial, pero con la sapiencia suficiente para volver a acomodar las piezas en su lugar, dando paso nuevamente a las fórmulas conocidas. Era el umbral a una nueva era para esta longeva casa editora, y el siempre divisivo New Avengers seguiría ahí como parte de ese nuevo enfoque, con Brian Michael Bendis a la cabeza. El autor le hacía ver a los medios especializados, a sus fans y detractores que aún tenía en el tintero más historias por contar con estos entrañables personajes.

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