On Sherlock, repoker

Reflexiones sobre la cuarta temporada.

Sherlock: Temporada Cuatro
Creada por Mark Gatiss y Steven Moffat
Edición en formato DVD
3 episodios en 2 discos y material adicional
Distribuido por British Broadcasting Company

Benedict Cumberbatch y Martin Freeman regresan a la serie de televisión que los encumbró como iconos de la cultura pop contemporánea, para una vez más (y quizás por última ocasión) encarnar a los detectives más famosos del orbe.

La forma en la que Sherlock cierra en esta cuarta serie toda su emocionante narrativa es verdaderamente excepcional, haciendo hincapié en los character arcs que han vuelto a Holmes y a Watson los personajes consentidos de un público que ha sido más que paciente. Y es que si miramos atrás ya son SIETE AÑOS de aventuras, y en esta temporada podemos apreciar que en cada toma, en cada close-up y en cada expresión de sus protagonistas se siente el peso de un trayecto lleno de satisfacciones, revelaciones, traiciones, sorpresas y desencantos, y que poco a poco han moldeado a sus conductas y a su punto de vista. A pesar de sus semblantes visiblemente cansados—quizás intencionalmente gracias a un extraordinario uso del maquillaje—en esta nueva entrega seguimos teniendo como común denominador un afecto genuino entre ambos personajes, pero que se ha ido desgastando debido al hartazgo por tanta mentira que los ha envuelto a ellos y a sus seres más cercanos.

Personajes de apoyo como Molly Hooper (Louise Brealey) y Greg Lestrade (Rupert Graves) se hacen a un costado, y en su lugar el guión recupera a la Sra. Hudson (Una Stubbs) para encomendarle la misión de unir a una amistad que se ve fracturada tras una tragedia inesperada. Dicho suceso se vuelve el hilo conductor a lo largo de los tres episodios que conforman a esta cuarta parte de la saga, en donde el misterio que rodea al pasado de Mary Watson (Amanda Abbington) amenaza con despedazarlos.

A pesar del laberíntico plot que inunda a esta temporada, el enfoque en el aspecto emocional entre Sherlock y Watson es clave para que el público no pierda de vista todo detalle. Ahora más que nunca los escritores se meten en sus cabezas para sacudirlos sin recato alguno, llenándolos de resentimientos y miedos, situándolos en predicamentos que los llevan a un punto de quiebre y a la soledad absoluta, en una intriga narrativa que se ve reforzada por extraordinarios performances de Toby Jones y Sian Brooke, quienes encarnan a los villanos en turno y cuyas maquinaciones ponen de patas arriba a la trama.

Para quienes mantienen el checklist de las interrogantes dentro de Sherlock, esta temporada se encarga de dar una conclusión lógica a todas ellas, desenmarañando los secretos detrás de la familia Holmes, la influencia de Moriarty en sus vidas, quién era Mary antes de conocer a John Watson y el efecto psicológico de estas verdades sobre el buen doctor. Es la propia Mary quien ofrece una reflexión muy atinada acerca de este bizarro pero entrañable lazo que une tanto a John como a Sherlock, y el cual nos ha mantenido atentos desde que inició esta gran epopeya en 2010. En estos siete años hemos visto aceptar sus diferencias y superar a sus traumas para encontrar una vida mejor.

“When all else fails, there are two men sitting, arguing in a scruffy flat, like they’ve always been there, and they always will. The best and wisest men I have ever known. My Baker Street Boys. Sherlock Holmes and Doctor Watson.

P.S. I know you two. And if I’m gone, I know what you can become, because I know who you really are. A junkie who solves crimes to get high, and the doctor who never came home from the war. Well you listen to me, who you really are doesn’t matter. It’s all about the legend. The stories, the adventures. There is a last refuge for the desperate, the unloved, the persecuted. There is a final court of appeal for everyone. When life gets too strange, too impossible, too frightening, there is always one last hope.”

La cuarta temporada de Sherlock encontró a sus protagonistas en el punto más alto de sus carreras en el mundo de la farándula, siendo altamente cotizados y con una agenda por demás complicada para reunirlos en un proyecto a largo plazo como éste. No cabe duda que los guionistas y co-creadores Steven Moffat y Mark Gatiss se dieron cuenta de que las ventanas de tiempo eran una imposibilidad y ante ello fue imperativo darle un cierre no solamente necesario sino satisfactorio a los misterios más relevantes que se venían gestando en los últimos años dentro de su magnum opus.

Si éste fue en verdad el último vals, ambos autores han roto la guitarra y tirado el micrófono. Me pongo de pie…

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