Everything exists in the shadows

Un estudio in depth para el comic de “SECRET WARRIORS”.
Parte Tres de Diez: “God of Fear, God of War.”

“The second arc of Secret Warriors is really the most superhero that our series gets. There’s still a spy subtlety but it’s a big, bold superhero arc for the kids. It’s the Thunderbolts and Dark Avengers versus Fury and the Caterpillars. There’s a huge conflict between Norman Osborn and Fury and the kids.”
— Jonathan Hickman.

A continuación presentamos un estudio in depth de SECRET WARRIORS, una serie de comics publicada por la editorial Marvel entre febrero de 2009 y julio de 2011, siendo una de las obras más importantes para su autor, Jonathan Hickman, dentro del mainstream.

Esta saga contó con excelentes dosis de suspenso, intriga conspiratoria y acción estilizada, y sobre la cual Hickman ejecutó con gran visión y audacia un plan maestro a largo plazo repleto de misterios, sorpresas, drama y emociones, ofreciendo además múltiples perspectivas y contrastando los puntos de vista de su amplio ensamble de personajes.

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SINOPSIS

Secret Warriors #7-10
“God of Fear, God of War”

Escrito por Jonathan Hickman
Arte por Alessandro Vitti
Color por Sunny Gho
Portadas por Jim Cheung
Publicado por Marvel Comics entre agosto y noviembre de 2009

Los conflictos entre los dioses han sido álgidos y el Dios de la Guerra, Ares, ha sido testigo y actor principal. Tras la última batalla entre los panteones mitológicos, las legendarias espadas Grasscutter y Godkiller se han perdido, y Ares se ha reunido con su hijo Alexander para vivir entre los mortales.

Sin embargo, ambos se encuentran separados y luchando en bandos contrarios: Alex como parte del grupo de Nick Fury, y Ares como miembro de los Dark Avengers de Norman Osborn, el corrupto líder de la agencia HAMMER.

Fury roba un banco propiedad de HYDRA, por lo que Strucker pide el apoyo de Osborn, desatando una persecución que pone en choque directo a los dos dioses. Las Crisálidas logran escapar con vida de los escuadrones de los Thunderbolts y los Dark Avengers.

Mientras tanto, Fury reactiva al agente John Garrett para investigar al Director del Departamento del Tesoro en América, Seth Waters, con el fin de averiguar si es miembro de HYDRA. Garrett sospecha que hay algo más detrás de esto. Esto se confirma cuando Waters revela que forma parte de un grupo más peligroso que HYDRA y HAMMER juntos.

Ares confronta a Fury y a Alex. Llevando a su hijo a una reunión entre los panteones, Alex es reconocido como el Dios del Miedo, y obtiene a la espada Grasscutter. Ares reconoce el valor de su hijo, pero le advierte que tendrá que sacrificarse en combate si algún día piensa ascender entre todos los dioses.

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REVIEW

Secret Warriors operó bajo una intrincada narrativa donde diversos elementos convergen, desaparecen y vuelven a ser tomados en cuenta en momentos posteriores. En esto se incluyen caracterizaciones de personajes que nos hablaban de manera directa o subjetiva, y ocultando sus verdaderos colores.

En su forma básica, se nos presenta sobre la página un combate entre varias facciones paramilitares y de inteligencia, en donde elementos tradicionales de la literatura de espionaje salen a la luz. El autor establece un plan maestro que va escalando en complejidad y en participantes, trazando situaciones en instantes de tiempo consecutivos, inconexos o después de pausas prolongadas.

“I know exactly how it will end—I knew how it ended the day after I wrote the first issue. It might get a little darker before it gets better. This is a spy story. It’s not noon. It’s midnight and it’s dark and everything exists in the shadows. People die, there are consequences, and you won’t know what’s really going on until the very end. At least I hope people won’t see the end coming.” — Jonathan Hickman.

Esto hizo que el comic mostrase una cualidad muy importante que en la época moderna de esta industria se ha olvidado, y es el de ofrecer a los lectores una estrategia a largo plazo, con una visión, una voz, un tono y un camino a seguir. Secret Warriors desecha el modelo de las historias cortas y autocontenidas, poniendo en su lugar un guión episódico y serializado que exige el involucramiento del lector. La serie demandó de su audiencia su completa atención sobre detalles tanto pequeños como tangenciales, a sabiendas de que durante el camino se volverían muy importantes.

Esto implicó un esfuerzo de relectura, de volver a revisitar a los tomos previamente publicados en búsqueda de pistas y señales que nos revelaran nuevos puntos de vista, enriqueciendo de esta manera nuestro aprecio sobre esta publicación y sus méritos como producto de entretenimiento. Sin lugar a dudas fue un valor agregado y un grado de satisfacción mayúsculo para el público. Jonathan Hickman presentó una obra que fue amplia y robusta en sus elementos argumentales y de caracterización.

En “God of Fear, God of War” Jonathan Hickman tejió una serie de eventos a lo largo de una línea de tiempo que data desde la era mitológica hasta la época actual, caracterizada por el dominio de Norman Osborn como líder de la agencia corrupta de seguridad HAMMER. El autor fue inteligente al dejar de lado a Strucker y a HYDRA, con el fin de integrar al comic de Secret Warriors dentro de la tónica de historias que se tejían en ese momento en Marvel Comics, donde los héroes eran perseguidos por el gobierno.

Esta historia además formó parte de un mini-crossover entre las series de Thunderbolts (tomo #135, escrito por Andy Diggle) y Dark Avengers (tomo #9, escrito por Brian Bendis).

La historia dejó sobre la mesa desarrollos interesantes y resoluciones concretas en la complicada relación de padre-hijo entre Ares y Phobos. Ares en particular es un personaje que cobró notoriedad tras su participación en las series de Mighty Avengers y Dark Avengers, ambas bajo la pluma de Bendis.

Esta historia dejó como tema fundamental la disyuntiva de doblegarse al compromiso no deseado por mantener nuestro honor, o combatir con la firme creencia de alcanzar lo que es justo. Dicho compromiso fue demostrado por Hellfire, Eden Fesi y en especial Slingshot, quienes dejaron atrás el temor, las dudas e inseguridad para abrazar al ideal heróico. En el caso de Quake y Stonewall, se convirtieron en figuras de ejemplo y en la voz de la razón sobre la impaciencia y rebeldía de Phobos y Hellfire.

Por otro lado, una subtrama muy interesante abrió el tablero de juego a más participantes en la persona de John Garrett, quien apareció originalmente en la miniserie de “Elektra Assassin” publicada por Marvel en los 80s; el autor le dedicó un guiño visual a este detalle el tomo número 7.

El arte del italiano Alessandro Vitti, a diferencia de su colega Stefano Caselli, imbuyó en sus trazos apropiadas sombras y líneas crudas que resaltan sobremanera la tónica oscura de la serie. Su estilo es menos muscular, más a la usanza de la novela gráfica europea y a comparación de la influencia japonesa que esbozan las ilustraciones su compatriota.

En el color, Sunny Gho introdujo texturas pintadas muy tenues que le dan un ‘look & feel’ más sucio y solemne al arte secuencial. Sin embargo, Gho también sabe que este relato tiene tintes superheróicos, por lo que de forma selecta agregó tonos multicolor sobre la página. Destacaron en este relato las secuencias en los tiempos mitológicos, donde Gho selecciona colores primarios para darle a las ilustraciones la apariencia de un pergamino al estilo oriental.

Por su parte, Jim Cheung ofreció una serie de portadas donde cada imagen está relacionada temáticamente con el contenido publicado, manteniendo el estándar acostumbrado para este comic.

Hickman dejó en el tintero elementos narrativos que regresarían en posteriores entregas, tales como las poderosas espadas milenarias Grasscutter y Godkiller. Además, el autor nos estableció de una forma más explícita la naturaleza presciente de Phobos, quien desde el arco argumental anterior demostró que conoce tanto el destino final de sus compañeros como el suyo.

También, se dejaron a la luz diversas pistas relacionadas con Fury, Garrett, Dugan y Strucker, donde los signos zodiacales (Géminis, Acuario, Libra y Sagitario, respectivamente) se manifestaron como leitmotifs que describen un aparente nexo entre todos ellos.

Tras la finalización de esta historia corta, Secret Warriors abandonó su interacción con el catálogo de personajes de Marvel para concentrarse plenamente en la ejecución del plan maestro que Hickman tenía trazado. No obstante, este relato tuvo momentos llenos de emoción, sorpresas y espectaculates batallas e interacciones de gran interés.

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