Sugarshock
Escrito por Joss Whedon
Arte por Fábio Moon; color por Dave Stewart.
Letras y rotulaciones por Nate Piekos.
Publicado en formato web e impreso por Dark Horse Comics
La verdad sea dicha, Joss Whedon en ningún momento forma parte de mi escalafón personal de autores predilectos.
Es un guionista que podemos denominar como un ‘mixed bag’, un consumado artista multimedia pero de opiniones encontradas. Su fanbase es enorme y notable, que se decanta por su estilo que se basa en fuertes y definidos protagónicos y narrativas repletas de humor ingenioso, un astuto enfoque en encontrar los atributos que hacen “click” en sus personajes femeninos y por encontrar propiedades nuevas en fórmulas ya gastadas en el formato de género, con una cierta tendencia a reiterar recursos que ya son su marca personal, pero cuyo output resulta tan dividido en el gusto de un público cautivo o mainstream que siempre lleva las de perder.
Si vamos a medir en un barómetro justo a Joss Whedon, éste sale mejor librado en ofrendas finitas, fuera de los relatos a largo plazo. Sin lugar a dudas su crédito como co-guionista en Toy Story, su tercer arco argumental en Astonishing X-Men, y reescribiendo el libreto de Zak Penn en Avengers resultan ser definitivos para entrar a la posteridad del fandom.
Pero si hablamos del objeto “Whedonesco” definitivo, es el mini-comic SUGARSHOCK la muestra más precisa, auto-consciente y libre de ataduras la que gana mi preferencia.
Dandelion Naizen (guitar and vocals), L’Lihdra (second guitar),
Robot Phil (bass) & Princess Wade (drums).
Whedon es para mí un hombre de ideas en variados niveles de brillantez, que son ejecutadas por él, por su equipo de producción o por terceros con cierta relevancia, éxito y aplauso o completa insatisfacción, mofa e indiferencia. Sugarshock es un conjunto de ideas que aparentan ser puestas bajo una plantilla de género pero que demuestra un gran desparpajo y estado de fuga para ser atractivo, divertido, de gran presencia en su elenco de personajes y con un manejo de la comedia que es impecable, impredecible y que nos recuerda a series animadas left-field como Family Guy y American Dad que son de naturaleza libre, embebidas en la cultura pop y el entretenimiento alternativo, pero capaces de giros inesperados e irreverencia para arrancarnos una sonrisa.
Ganadora del Premio Eisner a Mejor Comic Web en el año 2008, esta historia en 3 episodios narra las aventuras de una muy peculiar banda de rock alternativo de nombre “Sugarshock”, que de pronto se ve envuelta en un conflicto en el espacio exterior y que detona entretenidos relatos de comedia de situación, siendo publicados posteriormente en formato impreso dentro de un tomo único en el 2009.
En principio de cuentas, Sugarshock muestra a un Whedon con freno de mano para no llenar a su historia de sus características excentricidades, las cuales se logran escabullir sobre este producto pero en las dosis adecuadas y sin desafiar nuestro umbral de resistencia.
El catalizador para completar esta síntesis de agudísimo humor es la contribución en el arte del brasileño Fábio Moon, cuyo estilo conjuga tanto simplicidad caricaturesca y elaborada sutileza para la composición de paneles con un finísimo apego al expresionismo, dotando a sus escenarios de gran escala, impacto, acción y emoción en un espectro variado. Moon realmente acierta en cada panel de Sugarshock, y entrega con gran claridad los punchlines que Whedon dispara en cada página de esta historia de comedia ligera y enredos dentro de un setting de ópera espacial.
En su prolífica carrera como ilustrador, Moon (de la misma manera que su hermano Gabriel Bá) hace un esfuerzo consciente por hacer que su arte funcione tanto en tonalidades monocromáticas o con una variada paleta de colores. De esta manera, el experimentado colorista Dave Stewart se inclina por la segunda opción, y a través de un filtro en colores pastel dota de una identidad específica y gran porte a los protagonistas, así como profundidad a los inverosímiles escenarios que los rodean. Nate Piekos es atinado en proveer irónicas onomatopeyas para denotar la intencional comedia con la que Whedon inunda a su trama, pero lejos de saturar o enfatizar un insoportable “humor de pastelazo”.
Sugarshock es una breve pero encantadora y graciosa aventura intergaláctica llena de elementos visuales tanto jocosos como de extrema rareza que le favorecen sobremanera, donde Whedon y compañía se salen con la suya en todo momento, haciendo de esta serie uno de sus esfuerzos más finos.
Feliz backissue hunting.