“…HENCEFORTH, SLOW, SHAMBLING ZOMBIES WILL HAVE SOLE RIGHT TO THE TERM ‘ZOMBIE;’ 28 DAYS LATER-STYLE RUNNING ZOMBIES WILL BE REFERRED TO AS “ZOOMBIES” IN ALL FUTURE LITERATURE.”
— MAGDALENE VISAGGIO.
El género Zombie me desagrada por completo. Simplemente no me llama la atención. Y es algo raro porque disfruté mucho de la infame saga de películas de “Resident Evil”, que si se analiza ligeramente (tampoco hay que darle muchas vueltas) es un vuelco al género a través de balazos, juegos de plataformas, fan service y chicas bonitas.
De “The Walking Dead” tengo solamente un Artist Edition, las portadas del 15 Aniversario y la variante de Negan del maestro Sienkiewicz. Puedo confesar que el costosísimo #1 lo regalé a uno de mis mejores amigos cuando salió en el 2003.
No regrets!
“28 Days Later” es un giro de tuerca a la mitología de George Romero, pero no deja de ser un film hecho con toda la mano por un Danny Boyle nada preocupado por marcar checkboxes. “Shaun of the Dead” es divertidísima, pero los muertos vivientes son un aderezo para un campamento de actores completamente on fire y un director con obsesiones pop muy específicas. Lo mismo con “Zombieland”, una comedia de presición milimétrica que deambula entre los tropes clásicos pero que parece ser más un análisis de la soledad y la psicología de la supervivencia. No dejan de ser garbanzos de a libra en lo que a mí concierne. Variantes entretenidas a una fórmula a la que no le encuentro interés.
Lo mismo con la fantasía medieval. Not my thing. Es impresionante el entusiasmo del fandom con cosas tan ajenas a uno como Game of Thrones, Dungeons & Dragons, Lord of the Rings, Elfquest, Conan y un largo etcétera. Se respeta aunque no se comparte. Variantes como Harry Potter solo llegan a provocar hastío. Quizás son las fórmulas, los settings poco desafiantes y aburridos, el Viaje del Héroe tan repetitivo. Lo miro desde gayola y de reojo.
¿Game of Thrones? ¡Thundercats!
¿Conan? ¡He-Man!
¿Elfquest? ¡She-Ra!
¿Harry Potter? ¿The Books of Magic?
De igual forma el incansable futuro post-apocalíptico está dentro de los No-No; un vacío narrativo en donde el ser humano retrocede cultural y tecnológicamente, a su suerte en parajes decadentes. “Terminator” fue el inicio, pero también el fin. “Mad Max: Fury Road” es un comic Moebius-style que no le presta mucha atención a donde está situado. La siempre excelente trilogía de “Matrix” solo le presta lip service, y cuando tenía que explorarla a fondo le puso un interminable action sequence para salir del paso. Missed chances.
¿Y por qué me estaré perdiendo toda esta diversión llena de gore, jump scares, distopias y swords & sorceries? ¿En qué cabeza cabe el darle la espalda a algo tan chingón?
Probablemente se deba a mi mente impresionable por la alta tecnología, por la estilización, por los artefactos cotidianos llevados al límite de la creatividad, por la ficción especulativa y su incertidumbre geopolítica, por las teorías de conspiración, el complejo militar-industrial, el espionaje, la pseudo-ciencia, los robots, las vidas y realidades paralelas. Por cómo se trastorna el subconsciente, por lo interesante que es la fisicalidad de lo intangible (Cronenberg, FTW!). No cabe duda que fui absorbido por estas y otras narrativas cutting edge, las cuales siguen ocupando un espacio que no dio cabida a nada más. Cuando cosas tales como la Mitología, la Teología y el Destino toman un rumbo más cercano al techno-thriller mi cabeza explota.
Incluso llego a pensar que el Superhero Comic es una influencia importante para que me atraigan mucho los héroes solitarios y los equipos multifacéticos. Color-coded girls, larger-than-life villains, redemption tales, time travel, techno-babble, dark dimensions. Mad and beautiful ideas.
Y no se diga la iconografía de la América de los 20s. La bohemia. El Vaudeville & Burlesque. Sombreros. Atmósferas noir. Reruns de The Untouchables por el Canal 12 de Multimedios (ahora Grupo Milenio) en los 90s. Glamour, misticismo, peligro, femme fatales, you name it.
Si de igual forma lo extrapolamos hacia la música, es lo mismo: mientras más codificada y evocativa sea hacia el porvenir—”un” Futuro, o “el” Futuro—mejor. No en balde en la sección que tengo de Pantheon en el blog la inclinación hacia la EDM y el Indy Rock es más que clara. En el caso del cine mi lista de favoritos reitera esa obsesión por la ficción que trascienda a través de todos estos matices.
Colecciono citas desde que tengo memoria, y este blog me permite expresarlas en formas atractivas a la vista:
“I LIKE SPACE, ROBOTS,
BOOBS, FACES,
RAYGUNS, CORSETS,
HIGH HEELS,
LONG LEGS,
SPACESHIPS,
TEETH,
ASSES, DISCO & SMART
KINKY
GIRLS.
I HOPE IT SHOWS!”
— COLIN CHRISTIAN.
Si hemos de darle un cierre a estas líneas errantes sería que siempre estamos en búsqueda de todo lo nuevo y que se esconde entre lo familiar, y las aproximaciones a cosas nunca antes vistas pero que siempre estaban ahí.
Does it makes sense?