We bring the hurt, Sir

Un estudio in depth para el comic de “SECRET WARRIORS”.
Parte Siete de Diez: “The Last Ride of the Howling Commandos”.

A continuación presentamos un estudio in depth de SECRET WARRIORS, una serie de comics publicada por la editorial Marvel entre febrero de 2009 y julio de 2011, siendo una de las obras más importantes para su autor, Jonathan Hickman, dentro del mainstream.

Esta saga contó con excelentes dosis de suspenso, intriga conspiratoria y acción estilizada, y sobre la cual Hickman ejecutó con gran visión y audacia un plan maestro a largo plazo repleto de misterios, sorpresas, drama y emociones, ofreciendo además múltiples perspectivas y contrastando los puntos de vista de su amplio ensamble de personajes.

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SINOPSIS

Secret Warriors #17-19
“The Last Ride of the Howling Commandos”
Escrito por Jonathan Hickman

Arte por Alessandro Vitti
Color por Imaginary Friends Studio
Portadas por Jim Cheung
Publicado por Marvel Comics entre agosto y octubre de 2010

Dum Dum Dugan y Jasper Sitwell de los Howling Commandos son interrogados por un comité del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La razón: saber lo que pasó en las últimas 2 semanas cuando una intervención militar en territorio Chino dejó una estela de destrucción y muerte entre los Commandos y HYDRA.

Además, en este lapso de tiempo se da una reunión anual entre los Commandos sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial. Con la presencia de Captain America, recuerdan anécdotas y a amigos largamente ausentes. Por su parte, Nick Fury establece acuerdos con el ex-Commando y ahora Senador americano, Robert “Reb” Ralston.

La misión en China es exitosa, con la destrucción de una base secreta muy importante de HYDRA, pero a un costo altísimo, con la pérdida de los Commandos Gabriel Jones y Eric Koenig, así como numerosas fuerzas del HC PMC y aeronaves de combate (ahora en posesión del gobierno Chino).

El comité le informa a Dugan de la violenta escalada militar entre HYDRA y Leviathan, y esperan la cooperación de Fury para detenerla. Dugan arremete diciéndoles que Fury jamás enarbola banderas e intereses políticos, y que su misión es clara. Sin embargo Fury, con la pérdida cuantiosa de recursos y amigos bajo el fuego enemigo, deberá perseverar si desea obtener venganza y justicia…

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REVIEW

“Issues #17 through #19 are kind of a Golden Age Howling Commandos story. It’s a nostalgic trip. Captain America is in there during that arc. It’s kind of a ‘Band of Brothers’ thing. I’m very proud of it.”
— Jonathan Hickman.

“The Last Ride of the Howling Commandos” fue la mejor historia que Jonathan Hickman escribió para Secret Warriors: compacta, con un feeling episódico, con una estructura narrativa excelente que combinó diversos segmentos de tiempo mostrados a un ritmo preciso, con una carga emocional que destiló sensaciones tanto de nostalgia, impotencia, pesimismo, alegría, tristeza, solemnidad e incertidumbre.

Este relato se presentó bajo el banner conocido como The Heroic Age, una línea editorial impuesta por Marvel para devolverle a sus historias un sentido de justicia y valor, ahora que los Vengadores volvieron a unirse tras vencer a Norman Osborn en el crossover de “Siege”, dando término a casi 7 años de historias donde los superhéroes más emblemáticos de esta compañía fueron puestos bajo una tónica sombría donde la paranoia, la desunión y la muerte fueron factores constantes alrededor de sus vidas.

Tiempos mejores se acercan para los héroes, mas no para Nick Fury, quien continúa su batalla entre las sombras contra HYDRA y Leviathan. Aún así, Hickman exhalta el ideal heróico en esta historia, mostrando inicialmente la importancia de los Howling Commandos y su sentido del honor, para posteriormente relatar anécdotas de interés que atan a estos soldados con la figura de Captain America, y finalmente un sentido pasaje por el recuerdo de cada uno de los compañeros de armas caídos en combate.

El autor logró impactar un sentido de respeto e importancia en todos los personajes, haciendo énfasis en la necesidad de sus sacrificios y los logros conseguidos en base a ellos, además de contrastar su visión del mundo contra aquellos sumidos en la política y el compromiso.

A su vez, se da espacio para presentar, aunque brevemente, al Equipo Negro de Crisálidas comandado por Alexander Pierce. Hickman usó a Pierce como vehículo para establecer las emociones y conductas del grupo: insurrectos, irascivos, que se rehúsan a seguir ciegamente la agenda de Fury, a diferencia de Dum Dum Dugan, quien está consciente de los riesgos que conlleva encontrar el camino a la victoria.

Al final, tanto Eric Koenig y Gabriel Jones (miembros veteranos de los Howling Commandos) son parte de las bajas significativas dentro de este arco argumental. El interrogatorio de Dugan y Jasper Sitwell es manejado de una forma sobresaliente, mostrándolos con su dignidad intacta y plenamente convencidos de que la justicia y su buen juicio los acompañó en todo momento.

El escritor deja claro sobre el guión paralelismos directos entre esta historia con el Prólogo de la serie (Declaration), en el cual se mostraba a un Fury devastado en un mundo sin Captain America, y ahora que él está de vuelta sus palabras en aquel momento cobran mayor importancia, con el propio Steve Rogers dándole la estafeta a Fury y convirtiéndolo ahora en esa fuerza inspiradora que sus soldados necesitan.

En el plano artístico, Alessandro Vitti ofreció trazos y composiciones sorprendentes, escenas de acción espectaculares y de gran impacto. Resaltan sobre todo los instantes con Dugan, de semblante solemne y estoico. A los Howling Commandos se les otorgó de una presencia icónica, donde Vitti empleó pocas líneas de expresión en sus rostros, dando un acabado más pulido a su trabajo. Las batallas fueron mostradas en forma cruenta y dándole el espacio debido a cada bando en conflicto, sin sobrepoblar los páneles. Toda esta historia fue cubierta bajo una interesante capa de color gris/sepia por Imaginary Friends Studio, la cual reforzó la naturaleza tanto nostálgica como sobria y pesimista que permeó a lo largo de ella. Estos tonos mudos fueron efectivos para impregnar a las escenas de las emociones adecuadas. Jim Cheung entregó un tríptico muy atractivo a la vista: tres portadas interconectadas que ilustraron diversas épocas del ideal heróico, acordes al contenido publicado.

“The Last Ride of the Howling Commandos” fue una aventura de corte bélico de gran calidad en todos sus rubros técnicos y llena de gran emotividad de principio a fin.

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