¡Los Noventas están de regreso! Qué mejor manera de inflar los números en el mercado de los comics que editando portadas variantes, y hechas nada menos que por los artistas top de la industria.
Todos somos parte del problema, claro está. Mis primeras variantes que recuerdo haber comprado fueron de títulos como Gambit (en 1998 el #1 tuvo SIETE), Fantastic Four (vol. 3 #35 del año 2000, con foil dorado y dibujada por el español Carlos Pacheco) y la siempre legendaria X-Men #1 de Jim Lee, que tuvo 6 portadas alternativas.
Gambit #1 (1998) edición “Authentix”; portada variante blanco y negro publicada por Dynamic Forces, con sketch y firma original de Steve Skroce. Tiraje original de 7,500 copias (700 con sketch).
No podemos resistirnos a ilustraciones hechas por Sienkiewicz, Artgerm, Jae Lee, Mattina, Julián Totino, Joshua Middleton, Mark Brooks, Dell’Otto, Frank Cho y un largo etcétera.
Su proliferación nos habla de la naturaleza de esta bestia narrativa que son los comics comerciales: viven al día, en una competencia feroz por escalar en el Top Ten de Ventas mensual. Estamos hablando de presupuestos muy grandes que las editoriales destinan a nuestras series favoritas, muchas de ellas “líderes de pérdidas”. Una portada variante significa mucho valor de mercado y la supervivencia de equipos creativos y la justificación de dichos presupuestos en un plano editorial. Hay que alimentar a la máquina, una página (y un dibujante) a la vez.
Shame on you.