Fear and Loathing in Las Vegas

Un brutal y urgente estudio sobre la decepción americana bajo el disfraz de una multicolor comedia ácida repleta de simpáticos y desconcertantes personajes.

Fear and Loathing in Las Vegas | Estados Unidos, 1998
Dirigida por Terry Gilliam
Libreto cinematográfico por Terry Gilliam, Tony Grisoni, Alex Cox y Tod Davies
Basado en la novela homónima de Hunter S. Thompson
Reparto: Johnny Depp y Benicio del Toro
Cinematografía por Nicola Pecorini
Musicalización por Ray Cooper
Edición por Lesley Walker
Producida por Patrick Cassavetti, Laila Nabulsi, Stephen Nemeth, Rhino Films, Shark Productions y Fear and Loathing LLC
Distribuida por Universal Pictures

“… drag on a Saturday night in Vegas, two good old boys in a fire apple red convertible… stoned, ripped, twisted… Good people!”

Esta frase concentra de forma lapidaria la premisa de Fear and Loathing in Las Vegas, una aventura de sátira subversiva e ilusionismo cinematográfico que mesmeriza los sentidos por cortesía del realizador Terry Gilliam.

El film, cuya problemática producción incluye no solamente diversos procesos de casting, sino de un guión cuya autoría se mantuvo en disputa hasta el día de su estreno, relata la aventura periodística en 1971 del estrafalario Raoul Duke (Johnny Depp) y su mercurial abogado Dr. Gonzo (Benicio del Toro), quienes viajan a Las Vegas para:

A) Cubrir una carrera de autos en el desierto.
B) Asistir a una convención sobre farmacodependencia.
C) Efectuar una peligrosa misión de hit & run llena de drogas, violencia y anarquía.
D) Todas las anteriores.
E) Ninguna de las anteriores.

Fear and Loathing es esto y algo más, una cinta que adapta de forma cruda y veraz la visión mordaz del autor original de esta controversial y apreciada novela, el incisivo y polémico periodista Hunter S. Thompson, capturando la precisa deconstrucción/disección de la agenda optimista de ‘Amor y Paz’, analizando los verdaderos logros de la contra-cultura en el marco de la intervención americana en Vietnam, que trajo un ambiente de miedo, decepción y rabia que fueron diluyendo paulatinamente todo esbozo de un porvenir prometedor.

Gilliam también usa la cinta como un lienzo para plasmar el llamado “periodismo Gonzo”, término acuñado por Thompson para describir a un agudo estilo crítico/narrativo que en este relato es plasmado de forma contundente a través de un satírico discurso socio/político al cual le sobran calificativos para cuantificar su eficacia, recitado sobre vistas espectaculares que retratan una experiencia psicodélica y surreal, donde Duke y Dr. Gonzo se abren paso entre la paranoia de la época y sus visiones psicotrópicas de la Ciudad del Pecado, amplificadas por la influencia de un sin fin de sustancias nocivas administradas sobre sus torrentes sanguíneos.

Know this: Raoul Duke is Johnny Depp envisioned by Chuck Jones. Impredecible, cerebral, caricaturesco, que asume el rol de ‘unreliable narrator’ a lo largo de la cinta con uno de los monólogos más poderosos que se han visto en el cine. El camaleónico actor encarna a este personaje (cuya imagen está basada en el propio Thompson) de una forma cruda y brutal, cuyos parlamentos tienen un sentimiento y filo tremendo, cortando y atravesando nuestras mentes, llenándolas de ideas locas, consciencia política, esquizofrenia, paranoia, estupor y euforia provocada por la ingestión de sustancias alucinógenas.

Benicio del Toro derrocha enormes cantidades de energía histriónica y audacia, con un personaje disparatado e incontrolable, que parece ser en ocasiones la voz de la razón o una extensión de los impulsos violentos y estrafalarios de Duke, con un dominio excelente del slapstick comedy, llevando a esta caracterización a alturas insospechadas y quizás una de las mejores de su carrera.

De la misma forma que Depp, del Toro forma a su alrededor un barómetro de actuaciones inusuales, donde Dr. Gonzo, Fenster (en The Usual Suspects, 1995), Jackie Four Fingers (en Snatch, 2000), Javier Rodríguez (en Traffic, 2000), Jackie Boy (en Sin City, 2005) y Ernesto Guevara (en Che, 2008) consolidan un espectro muy completo que definen una trayectoria llena de éxitos.

Gilliam impregna en la cinta efectos cromáticos en luz neón que reflejan la psicodelia sesentera, pero que paulatinamente se deforma dando paso a la desconfianza causada por la intervención militar y un aparato político corrupto y hostil. La cinta nos regala un soundtrack sumamente atractivo con música que evoca un ambiente plagado de playfulness, anything-goes vibes, así como un ensamble de actores reconocidos cuyos cameos son una delicia para el espectador.

Fear and Loathing in Las Vegas es un viaje fantástico que captura el zeitgeist de la desilusión americana, en la cual se entrega un film en estado de fuga, visceral y que taladra el subconsciente con precisión quirúrgica a través de imágenes bajo una estruendosa escenografía en constante metamorfosis, adaptándose a las circunstancias y estados mentales en descomposición que ponen en predicamentos a sus protagonistas.

En pocas palabras: divertidísima, inteligente, imperdible. Una aventura que no solamente traza una epopeya que se disfruta en todo momento sino que tiene un destino, aunque este sea desconocido, repleto de incertidumbre y con matices curiosos de optimismo muy cínico.

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