301, 302 | Corea del Sur, 1995
Dirigida por Cheol-su Park
Libreto cinematográfico por Lee Suh-goon
Reparto: Pang Eun-jin, Hwang Sin-Hye y Kim Chu-Ryun
Cinematografía por Lee Eun-gil
Musicalización por Byun Sung Ryong
Edición por Gok-ji Park
Producida por Kim Yong-man
301, 302 (삼공일, 삼공이 en su idioma nativo) es un experimento entretenido que labra los primeros pasos que consolidaron al cine de terror y venganza sudcoreano como el preferido de una amplia audiencia a nivel mundial.
La cinta narra la historia de la inquilina del refinado y modernista departamento 301, Song (Pang Eun-jin), divorciada y adicta a las artes culinarias, así como de Yun (Hwang Sin-Hye), una reclusa escritora con trastornos alimenticios que vive en el número 302, plagado de libros y relativa simplicidad.
Siendo mujeres de personalidades en principio dispares y en completa disonancia, Song y Yun eventualmente descubren como punto de encuentro las tragedias personales que han definido sus vidas, y que les permiten sortear sus diferencias.
El gran atractivo de esta cinta es sin duda el ser contra-intuitiva con las expectativas del espectador, capaz de moverse desde la normalidad…
… hacia momentos verdaderamente perturbadores…
… como bizarros.
“Conditions for Ideal Sex Life, by Yunhui Kim.”
Influencias notables deambulan sobre 301, 302, sobre todo cintas como Dead Ringers (David Cronenberg, 1988), Jeanne Dielman (Chantal Akerman, 1975) y su contemporánea Eat Drink, Man Woman (Ang Lee, 1994) las cuales conjugan las mismas temáticas de simbiosis autodestructivas, el análisis abstracto de la mujer como ama de casa y el pseudo-erotismo culinario, respectivamente, pero que se sirve de ellas únicamente como plantilla narrativa, para posteriormente tomar su propia dirección a las primeras de cambio.
Bajo un inteligentísimo y elegante ejercicio de estilo bajo escenarios austeros, la película escudriña cada espacio que rodea a las protagonistas y sus inquietantes historias personales, ambas bajo el yugo de la figura masculina en diversos niveles, y que como resultado dejan sobre ellas cicatrices profundas que las conducen a un punto de no retorno.
Más que un thriller psicológico, Cheol-su Park se decanta por mostrar un drama doméstico bajo la técnica de In medias res en base a un manejo de cámara que evoca al cine clásico de Ozu, dando como resultado un preciso character study sobre el género femenino.
Por esta razón, 301, 302 no funciona como un film apegado fielmente al género del “K-Horror”, siendo ésta una etiqueta todavía inexistente en 1995, pero que fue cobrando fuerza y prosapia a medida que producciones subsecuentes en Corea del Sur empezaron a forjar un estilo apegado al terror, al shock, al erotismo, a personajes a la deriva y a giros en la trama monumentales.
Esto nos lleva a catalogar a esta cinta como un prototipo de excelente manufactura, una aproximación inteligente que se escurre alrededor de instantes dispersos en el tiempo con el objetivo de desorientar a su audiencia – pero sin perder su coherencia narrativa en ningún momento – bajo atmósferas de estilo teatral y repletas de acertados diálogos que expresan magníficamente los pathos, deseos, perversiones, manías, temores, decepciones y frustraciones de las protagonistas.
De lo contemplativo a lo voyeurista, 301, 302 explora el rol de la mujer y su punto de vista acerca del sexo, el infortunio del trastorno conyugal y familiar y la desolación de una abrasiva rutina cotidiana, bajo tintes sumamente macabros pero sin perder su agudeza y urgencia. Absolutamente recomendable.