All is Lost | Estados Unidos, 2013
Escrita y dirigida por J. C. Chandor
Reparto: Robert Redford
Musicalización por Alex Ebert
Cinematografía por Frank G. DeMarco
Edición por Pete Beaudreau
Producida por Before the Door Pictures y Washington Square Films
Distribuida por Lionsgate
De naturaleza sencilla, J.C. Chandor dota de una genuina complejidad y profundidad a su segundo largometraje, All is Lost.
Sin caer en ningún momento en manipulación, sentimentalismos ni exageraciones, la cinta evoluciona de forma significativa, superando sus orígenes estilísticos como silent film, pseudo documentalismo, cinéma vérité y minimalismo que la puedan encasillar, para trascender a su vez como una de las muestras definitivas de la batalla eterna entre el hombre ante lo desconocido y un aciago destino, y de cómo su raciocinio lo lleva paulatinamente a encontrar soluciones rápidas y simples ante problemas complejos y escenarios desoladores.
Pero cabe señalar que en ningún momento este consciente ejercicio de estilo se vuelve frío o contemplativo, gracias al talento de un Robert Redford para convertirla en una experiencia 100% participativa, en la que se envuelve a la audiencia tanto de desconcierto, temor y curiosidad, retándola a superar la notable subjetividad de su trama (esta historia se niega a establecer un qué, un cómo y un porqué), siendo sus pequeños enigmas los que demandan al público a llenar los huecos y a encontrar en esto una narrativa que se robustece, siendo un emotivo character study de un ser humano perdido en la enormidad de un dilema que lo lleva a sacar a flote no solamente a su embarcación perdida en el océano, sino a su propia voluntad para vencer cada reto que se presenta sin perder tanto su cordura como esperanza, y que cuando piensa perderla por completo nos empapa de esa desesperación, y que cuando se asoma un breve bálsamo es su propio ímpetu lo que nos hace como espectadores el recobrar bríos para seguir viendo esta película.
Y es que este film es realmente esperanzador. El simple hecho de ver a un actor cuya trayectoria ya no requiere demostrar su prosapia confeccionando una labor titánica en lenguaje corporal – y con ella transmitir emociones las cuales jamás quisiéramos sufrir – es de llamar la atención e incluso celebrar, y que es testamento de una vida y carrera que se ha movido dentro y fuera del escenario como una fuerza descomunal para inspirar a múltiples generaciones, emocionar con inolvidables films y promover al séptimo arte de calidad y a las nuevas promesas que año con año surgen en este medio.
Es tal el involucramiento que esta cinta provoca que inmediatamente se separa de aquellas otras dentro del género del disaster film o true stories, que es contra intuitiva para desechar expectativas y fórmulas y que nos impacta al mostrar sin tapujos y con ojos abiertos la inmensidad de este mundo y lo pequeño que somos en realidad, en contraste directo con la voluntad que nos hace afrontarlo y sobrellevar sus implacables obstáculos.
Sin lugar a dudas una de las mejores cintas del año 2013.