The Tin Drum

Una cinta que evoca el pasado para aprender de él, matizada por elementos titilantes que quizás representan un obstáculo para apreciar su valor.

The Tin Drum | Alemania, 1979
Dirigida por Volker Schlöndorff
Libreto cinematográfico por Volker Schlöndorff, Jean-Claude Carrière y Franz Seitz
Basada en la novela homónima por Günter Grass
Reparto: David Bennent, Mario Adorf, Angela Winkler, Daniel Olbrychski, Katharina Thalbach y Tina Engel
Cinematografía por Igor Luther
Musicalización por Maurice Jarre
Edición por Suzanne Baron
Producida por Franz Seitz y Anatole Dauman

The Tin Drum (como título original Die Blechtrommel, “El Tambor de Hojalata” en español) es el film más importante en lo que constituye la primera etapa en la carrera cinematográfica del realizador alemán Volker Schlöndorff.

Para el momento de su estreno en 1979, la filmografía de Schlöndorff se había caracterizado por un análisis crítico de la sociedad alemana desde el punto de vista político, buscando desmenuzar los eventos que han forjado a su país antes y después de la Segunda Guerra Mundial, siendo este suceso el punto de inflexión más importante.

El Tambor de Hojalata logra un refinamiento en esta búsqueda de respuestas. La novela original de Günter Grass es el vehículo perfecto para un director como él, quien logra establecer en los primeros minutos de la cinta la identidad multiétnica de la nación alemana en el umbral de este conflicto bélico. En todo momento se realzan las intenciones del texto original, centrándose en la diversidad del pueblo germano y sus vecinos polacos, con un pleno rechazo a las acciones separatistas del entonces partido Nacional Socialista.

Schlöndorff recrea el micro universo que la novela establece en la ciudad polaca de Gdansk/Danzig, donde Grass utiliza el realismo mágico en múltiples niveles para cuestionar las decisiones de los adultos en los ojos de un niño. Schlöndorff centra la narrativa y elementos fantásticos solamente en el protagonista, Oskar Matzerath (David Bennent), cuyas reflexiones tienen tintes evocativos a una época más simple, en comunión y mucho más feliz.

El controversial performance de Bennent (incluyendo escenas de índole sexual para un jovencito de apenas 11 años que van más allá de lo provocativo y sugestivo) es lo que le da un salto de calidad a esta aventura de coming-of-age, donde paulatinamente va descubriendo el estado del mundo y lo quiere para él, rechazando las imposiciones violentas de sus mayores, donde su pequeño tambor retiene ese espíritu y la convicción por no formar parte de una sociedad al borde del colapso.

En todo momento el arco narrativo de Oskar se basa en encontrar un lugar en plena libertad, a medida que el despertar sexual, el innuendo, el sentimiento de pérdida, la amistad verdadera, la brecha generacional y la ocupación hostil del enemigo van creando un ambiente rancio que va devastando la percepción inocente y despreocupada del pequeño, creando en su lugar una alternativa que lo aleja de un sentido de pertenencia con la verdadera esencia de la raza teutona, lejana a toda discriminación.

No hay escena en El Tambor de Hojalata que pone de manifiesto este repudio a la destrucción paulatina de este ideal, matizando cada escena de emociones en contraste profundo, donde la fantasía infantil va perdiendo fuerza y las dosis de comedia negra, el drama familiar, la carga sexual y los traumas y decepciones que la madurez acarrea van transformando el mundo de Oskar irremediablemente.

The Tin Drum es un relato que nos fascina y nos seduce, despertando en todos nosotros la añoranza. Schlöndorff sintetiza su pensar a través de una cinta que desafía al paso del tiempo, ofreciendo a través de símbolos un modo de condenar a la historia violenta del mundo moderno, convirtiéndose en su mejor trabajo y en un documento artístico relevante y que despierta la controversia a cada instante.

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