Iron Man 2

Carente de la chispa que hizo a la original todo un hito, se sostiene gracias a su protagónico y sus interesantes vicisitudes.

Iron Man 2 | Estados Unidos, 2010
Dirigida por Jon Favreau
Libreto cinematográfico por Justin Theroux
Reparto: Robert Downey, Jr., Gwyneth Paltrow, Sam Rockwell, Samuel L. Jackson, Don Cheadle Scarlett Johansson y Mickey Rourke
Cinematografía por Matthew Libatique
Musicalización por John Debney
Edición por Dan Lebental y Richard Pearson
Producida por Marvel Studios y Fairview Entertainment
Distribuida por Paramount Pictures

Iron Man 2 es la tercera producción cinematográfica de Marvel Studios, la cual continúa con su esfuerzo de amasar franquicias basadas en comics de gran éxito comercial. La cinta original, tras ser el sleeper hit del año 2008 y ser considerada en las listas del Top Ten en múltiples publicaciones internacionales y en las preferencias de los críticos especializados, provoca que su secuela cargue con expectativas muy fuertes y que desafortunadamente arroja resultados contrastantes. En principio de cuentas, cuando ustedes me hablan de Iron Man 2 tristemente (o graciosamente) sólo me puedo acordar de esta imagen:

Esta cándida foto nos habla de lo idealizado que era ver a un reparto fantástico sobre el mismo plató, pero con el transcurso de los minutos sus esfuerzos individuales no logran darle cohesión a una narrativa que poco a poco se va diluyendo y sin un punto focal, a pesar de que Robert Downey, Jr. sigue siendo el amo y señor del escenario, con un balance perfecto en la tragicomedia y cayendo en una espiral depresiva con esbozos muy claros de egocentrismo y abuso del alcohol. Es interesante comparar la epifanía sufrida por Tony Stark en la cinta original y ver lo que sucede en su segunda parte: el estar cerca del umbral de la muerte le da un nuevo propósito y una esperanza de renovación, pero eso esconde los riesgos de una actitud nociva que se niega a abrazar otros valores fundamentales, necesarios para ser considerado un verdadero héroe. Downey lleva a Stark a un proceso introspectivo, donde su personaje se da cuenta que el heroísmo y la amistad es algo que toda su riqueza no puede comprar.

A pesar del talento de Downey, el libreto intenta darle — sin éxito — un protagonismo a personajes como War Machine (Don Cheadle) y Nick Fury (Samuel L. Jackson) dentro del film, en lugar de ser conductos para hacer progresar el character arc de Tony.

La escena más interesante durante este lapso es donde Stark, Fury y Black Widow conversan en un diner, la cual captura la atmósfera de los comics, donde lo mundano y lo supernatural hayan un punto de encuentro llamativo, curioso y fascinante. Pero a pesar de ello Black Widow resulta ser únicamente eye-candy para la audiencia, en donde un flojísimo guión deja el rol de Natasha Romanov (Scarlett Johansson) completamente vacío, sin la característica fuerza, decisión y actitud mortífera que su alter ego demuestra en las publicaciones originales.

A su vez, el único que resulta mejor librado en todo el film es Justin Hammer, interpretado por Sam Rockwell. Siendo uno de mis actores predilectos, su personaje es llevado inteligentemente a una posición de antagonismo cuyos desplantes over-the-top rivalizan perfectamente con la magnética personalidad de Tony Stark. Lamentamos mucho que su screen time sea limitado, y que no se haya explotado al máximo su rol como benefactor de criminales y hostil competidor industrial.

Mickey Rourke, quien interpreta al villano Ivan Vanko, trae a la mesa un arquetipo narrativo que refuerza los traumas del protagonista: el legado armamentista de Stark Industries y sus consecuencias. Sin embargo, no soy partidario de las excentricidades que el libreto le otorga al personaje (en dicho sentido, lo debilita sobremanera en lugar de convertirlo en una amenaza).

Afortunadamente para el film, se cuenta con un fastuoso diseño de producción que es capturado en forma brillante en pantalla por Matthew Libatique — uno de los mejores cinematógrafos contemporáneos — quien captura espectaculares escenas de acción y momentos selectos que realzan la química entre Tony Stark y Pepper Potts (Gwyneth Paltrow), siendo éstas cualidades muy importantes para la narrativa y que en esta secuela se mantienen a flote, pero como un todo siguen sin detener esta inevitable caída en la mediocridad para la cinta. Entre lo rescatable que encontramos se encuentra además una sensacional secuencia tras los créditos finales que aumenta la expectativa de los fans y audiencias casuales por el debut cinematográfico de Thor, uno de los personajes más longevos y populares dentro de la historia editorial de Marvel Comics.

Iron Man 2 presenta una gran cantidad de áreas de oportunidad que llevan a un detrimento en la calidad de este film, donde Robert Downey, Jr. cumple a carta cabal su papel en un intento honesto por salvar a la cinta del desastre. Su mayor virtud es aminorar estas debilidades y llevar al público por un desarrollo dramático en el cual su personaje evoluciona, aprende y continúa cautivándonos.

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