X-Men: Apocalypse

Una cinta que consolida la presencia de un grupo de actores ante los ojos de su público y que encuentra en la nostalgia una nueva forma de contar historias para la pantalla grande.

X-Men: Apocalypse | Estados Unidos, 2016
Dirigida por Bryan Singer
Libreto cinematográfico por Simon Kinberg
Reparto: James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, Oscar Isaac, Nicholas Hoult, Evan Peters, Rose Byrne, Tye Sheridan, Sophie Turner, Kodi Smit-McPhee, Alexandra Shipp, Olivia Munn, Lucas Till, Josh Helman, Ben Hardy, Lana Condor, Tómas Lemarquis, Carolina Bartczak, T.J. McGibbon, Warren Scherer, Rochelle Okoye, Monique Ganderton, Fraser Aitcheson, Zehra Leverman y Hugh Jackman
Musicalización por John Ottman
Cinematografía por Newton Thomas Sigel
Edición por John Ottman y Michael Louis Hill
Producida por The Donners’ Company, Marvel Entertainment, TSG Entertainment, Bad Hat Harry Productions y Kinberg Genre
Distribuida por 20th Century Fox

Paulatinamente, la reinvención a la franquicia de los Hombres X que inició en X-Men: First Class fue diluyendo poco a poco a las alegorías geopolíticas y a los cambios socio-culturales para reemplazarlos por batallas entre humanos y mutantes al más puro estilo de los comics originales. A pesar de ello, lo que hace fuerte a esta nueva faceta es su énfasis en el drama interno de los protagonistas, con personalidades claramente definidas y que los guionistas han sabido darles el cauce adecuado para generar empatía con el espectador casual y enganchar al aficionado de hueso colorado.

Aún y cuando la incipiente ambigüedad moral que presenta el personaje de Mystique (Jennifer Lawrence) se deja de lado completamente—seamos honestos, el equipo creativo detrás de estas películas no supo realmente explotar el gran potencial de la actriz y su alter-ego para llegar a esos extremos interesantes— tenemos por otro lado (y afortunadamente) a un duelo de voluntades imperdible entre Professor X (James McAvoy) y Magneto (Michael Fassbender), y que forma a mi parecer el bastión sobre el que se sostienen estas recientes películas. Ambos actores han mostrado sapiencia y empeño por llevar a este vínculo dramático entre el aprecio y la enemistad de ambos personajes a un puerto seguro.

Una vez que llegamos a X-Men: Apocalypse, tercera entrega de este nuevo ciclo de realizaciones, las referencias al mundo real—ya sea a través memorabilia o archivo gráfico y audiovisual de antaño—pasan a un segundo plano y el argumento cinematográfico se enfoca claramente en construir situaciones de caracterización y acción inspiradas directamente en el acervo inagotable de cinco décadas de publicaciones a cuatro colores. Una vez que la gente ha recuperado la fe en los X-Men, es momento de mantener su atención adaptando a la pantalla grande las sensacionales epopeyas que le han dado forma y fondo a uno de los títulos definitivos dentro del comic comercial.

Ahora que la 20th Century Fox ha encontrado al ensamble de actores adecuado para inyectarle sangre nueva a su licencia de los Hombres X, es momento de tirar de la hemeroteca para que le den vida a los ‘grandes hits’ que hicieron de este comic el número uno.

X-Men: Apocalypse es una carta de amor al comic noventero de los llamados también “Hijos del Átomo”, una conjugación soñada de héroes reconocidos, villanos de gran calibre, guiños al pasado, reconocidos character arcs y set pieces monumentales que uno a uno forjan una aventura que satisface a la vieja guardia, la enamora nuevamente y le hace ver a los neófitos por qué esta franquicia es algo verdaderamente muy especial y que vale la pena echarle un ojo.

No hubo momento alguno en que esta película no incitara en mí esa nostalgia por aquellos comics que formaron parte importante en mi trajinar y formación alrededor del llamado “Noveno Arte”. Apocalypse es una película de fans para fans y quién mejor que Bryan Singer—el único hombre de Hollywood que entiende al dedillo a esta franquicia— para presentarnos una adaptación que no solamente es competente sino que es entretenida, entrañable y emocionante de principio a fin.

Dazzler!

Estamos de acuerdo en que esa nostalgia enmascara los defectos de esta película—pobres diálogos para el villano Apocalypse (Oscar Isaac), Evan Peters reciclando a su papel hecho en Days of Future Past sin inyectarle novedad, Mystique desaprovechada, mucho eye-candy en lugar de profundidad para los nuevos mutantes—pero a pesar de ello los momentos álgidos y cumbre entre estos yerros nos dejan al final con un sabor sumamente satisfactorio, en donde tenemos instantes selectos en los que la nueva generación de Hombres X, en la persona de Cyclops (Tye Sheridan), Jean Grey (Sophie Turner), Nightcrawler (Kodi Smit-McPhee) y Storm (Alexandra Shipp), nos ofrecen chispazos de genialidad y la promesa de mejores cosas para el futuro próximo, sin olvidarnos tampoco de una breve pero memorable secuencia en donde Hugh Jackman inmortaliza en la pantalla grande al origen de Wolverine, haciéndole justicia a la legendaria historia de “Weapon X” publicada en 1991. De igual forma, Singer y su guionista Simon Kinberg encuentran la manera perfecta de darle un segundo aire a la malograda narrativa entre Jean Grey y la entidad psíquica de la “Fuerza Fénix”, la cual fue tristemente desaprovechada por la película X-Men: The Last Stand de 2006.

Snikt!

Lo dicho, la expectativa es importante para este nuevo ciclo al que entra tanto la franquicia como este ensamble de actores, quienes sin duda le dirán adiós (poco a poco) a sus papeles para pasarle la estafeta a estos nuevos miembros del reparto. Para fortuna de todos los involucrados, serán arropados por una visión renovada por parte de Singer, quien puede llevar a este concepto a una merecida longevidad que vaya más allá del éxito inmediato y a como dé lugar.

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